Ciudad de Panamá
El avión
aterrizó en la ciudad de Panamá y nos dirigimos hacia la aduana dispuestos a
presentar el pasaje de salida que habíamos arreglado en Barranquilla. Nos
atendió una señora que no nos pidió absolutamente nada, sólo miró el pasaporte
y lo selló. Saliendo del aeropuerto nos esperaba con una sonrisa enorme Roger,
un nuevo Couchurfer, que nos hospedaría en su casa y fue tan atento con nosotros
que nos fue a buscar en su auto. Mientras viajábamos para llegar a la casa de
Roger íbamos viendo el paisaje por la ruta y no pudimos dejar de asombrarnos
por la diferencia que había con todas las ciudades antes vistas. Panamá impacta
de entrada por ser una gran metrópolis con sus imponentes rascacielos, impecables y ultramodernos.
La casa de
Roger era muy acogedora y nos sentimos muy a gusto puesto que él es
extremadamente amable y servicial, Enseguida saca un montón de mapas y cosas
para hacer y ademas con las formas más económicas para llegar. Él trabaja en el Canal
de Panamá operando máquinas cuando los barcos pasan y esa semana le tocaba el
turno noche. Nos ofreció conocer el canal pero hacía 2 años y medio habíamos estado de paso por Panamá por nuestra luna de miel y habíamos
aprovechado para conocerlo. Será por este motivo que cuando llegué al
aeropuerto sentía una linda sensación al recordar la primera vez que estuvimos
ahí.
Con esto
del viaje y el cambio continuo de alimentación a mi cuerpo se le dio por
estreñirse y no había comida ni bebida que lo solucionara. Fue por eso que a la
mañana del día siguiente salimos a ver a un doctor cerca de la casa. Esperamos
una media hora y me atendió una simpática doctora que me recetó fibras y una
especie de jarabe. Salimos hacia el centro comercial que quedaba enfrente a
comprar los remedios y de paso algo para el desayuno y la comida. Los
medicamentos en Panamá resultaron ser carísimos! Mientras recorríamos el
supermercado nos asombramos por la cantidad de productos de todas clases,
colores y marcas que se pueden encontrar. Estábamos en la caja por pagar y de
repente sin siquiera haber probado una pizca de lo recetado por la doctora salí
corriendo al baño. Creo que la impresión que me dio lo que pagamos fue el mejor
laxante.
Ese día
salimos tarde a recorrer la ciudad, cerca del mediodía, y nos tomamos uno de los
típicos colectivos de Panamá, "los diablos rojos". Estos buses son del estilo de
los transportes estadounidenses para los niños que van a la escuela sólo que
algunos están pintados con diversos colores, dibujos y luces estridentes. El
calor dentro del micro era insoportable y bajamos absolutamente transpirados a
nuestra primera visita de la ciudad, el museo. Además de ser bastante
interesante la visita al museo disfrutamos del refrescante aire acondicionado
del lugar. Mas allá de las invasiones y conquistas españolas la ciudad de Panamá
ha sufrido del salvajismo de los piratas. Toda la primera ciudad colonial se
destruyó y se construyó otra más alejada, ahora llamada Casco Viejo. Saliendo
del museo entramos en la parte más moderna de la ciudad, almorzamos en un
centro comercial y de ahí caminamos por la costanera que va desde la parte
nueva a la vieja. Para nuestro alivio empezó a llover y ya no era tan pesado
caminar bajo el sol y el calor húmedo del lugar. Era exquisitamente
contrastante ver como el paisaje cambiaba de lo ultra moderno a lo colonial
absoluto de una punta a otra de la bahía. La parte vieja es hermosa, los
edificios de diferentes colores y techos de tejas. Pudimos ver que en esta zona
se está haciendo mucho mantenimiento a las diferentes estructuras.
La ciudad
de Panamá se despliega entre lo moderno y lo viejo, lo verde y el cemento, lo
nuevo y la historia, es fascinantemente interesante.
Al segundo día fuimos hasta una playa que se llama Punta Chame y para llegar tuvimos que tomar dos colectivos, el último nos dejó en la ruta, parados en el medio de la nada, para esperar el que nos llevaría hasta la playa. Los buses que tomamos fueron cómodos y con aire pero el tránsito en Panamá es demasiado. El colectivo no llegaba asi que decidimos hacer dedo y un auto frenó. Era un canadiense que había alquilado un auto e iba para el mismo lugar que nosotros. Durante el viaje le comentamos que al día siguiente iríamos para Bocas del Toro y no preguntó si nos parecía bien ir en el auto con el; a nosotros nos pareció una buena idea e intercambiamos teléfonos para comunicarnos. Bajamos en la playa y esta estaba absolutamente desolada, sólo arena y mar y un par de lanchas que pasaban de vez en cuando. Se hizo la hora de almorzar y empezamos a caminar en busca de algún restaurante. Después de unas cuadras lo primero que vimos fue un lugar que se llamaba Nitrocity. Era una especie de parque para hacer deportes extremos junto con el hotel y el restaurante. Mirando un poco mejor el Tata se dio cuenta que este complejo era de un personaje que tiene un programa de deportes extremos en un canal de televisión, Travis Pastrana de "Nitro Circus". Después de almorzar y de pasar un rato en el lugar salimos a tomar una buseta hasta la ruta. Mientras esperábamos nos encontramos con un francés y un holandés que estaban con dos alemanes esperando el colectivo. Conversamos muchos con ambos mientras esperábamos y durante el viaje. Apenas bajamos del tercer bus que nos tomamos paramos en el centro comercial ya que habíamos prometido hacer un asado a la argentina para Roger y una pareja inglesa que también se hospedaban en la casa. Estos ingleses llevaban unos 6 años viajando por el mundo parando de vez en cuando para trabajar y ganar dinero para seguir el viaje.
El Tata
encendió el fuego en una parrillita mínima portátil y el carbón no era el mismo
que en Argentina ya que costaba mucho mantenerlo encendido. Después de probar
varias formas de colocar la carne y abanicar las brazas se terminó el asado. La
carne tampoco era como la argentina y nos sentimos bastante defraudados al
darnos cuenta que no salió en absoluto como esperábamos.
El
canadiense que había prometido llevarnos hasta Bocas del Toro nunca llamó asi
que decidimos irnos en colectivo. Los ingleses también partían ese día y Roger
se ofreció a llevarnos hasta la terminal. La despedida fue un tanto emotiva y
pronto nos separamos cada uno para un camino diferente. La espera hasta la
salida del bus era bastante asi que nos fuimos a ver una película al cine que
estaba dentro del centro comercial en frente de la terminal.
Bocas del Toro
Se hizo la
hora de salida y nos subimos al colectivo que no llevaría a nuestro destino. El
viaje era durante toda la noche y descubrimos que los asientos no se reclinaban
mucho y el viaje fue bastante incómodo. Al llegar un poco cansados por el viaje
nos subimos a un taxi que nos alcanzaría hasta una lancha y está nos llevaría
hasta la isla. Al bajar empezamos la búsqueda de hostel junto a una pareja
australiana que llegó con nosotros. Estuvimos como una hora buscando sin
encontrar nada que se ajustara a nuestros requerimientos. Finalmente llegamos
a un hostel pequeño y nuevo que tenía habitaciones privadas disponibles y lo
mejor de todo era que tenían aire acondicionado! El calor y la humedad del
lugar son terribles! Apenas dejamos las mochilas nos recostamos en la cama y
nos quedamos dormidos recuperando el sueño de la noche anterior.
Cerca del
mediodía decidimos ir a conocer alguna playa y la mejor y más barata opción para
ir era en bus, asi que estábamos en la parada del colectivo y un taxista paró y
nos dijo que nos llevaba por el mismo precio del bus. Por suerte el taxi tenía
aire y viajamos súper cómodos hasta el lugar. Al llegar almorzamos en un
restaurante a la orilla del mar y después partimos hacia la playa. Doblamos a
la izquierda y nos quedamos con la boca abierta al ver el paisaje que teníamos
delante de nuestros ojos. Un muelle de madera y de fondo el mar turquesa que
formaba una media luna con arena blanca y palmeras. El agua era increíblemente cálida
y calma y pudimos ver varias estrellas de mar haciendo snorkeling. Pasamos
toda la tarde ahí y no nos queríamos ir. Esa misma noche conocimos a un
colombiano al que le dicen “Jota” y a una mexicana, Oli. Charlamos un poco y
quedamos en uno de esos días ir a hacer playa juntos para ver algunos peces.
A la mañana
siguiente salimos a una excursión por algunas islas. Primero hicimos una parada
para observar delfines que nos deslumbraron con sus saltos y juegos y después
bajamos de la lancha para hacer snorkelling y observar la vida en el arrecife. Los colores eran alucinantes! Fuxias, amarillos, lilas y naranjas, los
peces de todos los tamaños y formas nos rodeaban por donde mirábamos. Estuvimos
casi una hora dentro del agua y todavía parecía poco! Es que cuando uno se
encuentra sumergido dentro del agua observando todo el despliegue de vida en
luminosos colores el tiempo parece no correr. Es una sensación mágica e
inexplicable. Por último nos llevaron a una playa hermosa con abundante vegetación
y olas grandes.
Por la
mañana nos levantamos temprano y nos juntamos con Jota y Oli y quedamos en ir, junto
con dos chicos más, a una playa surfer para verlos haciendo lo suyo en el mar.
Con el Tata nos quedamos en la orilla y vimos como ellos disfrutaban del
momento. Después de almorzar llegamos al hostel y sin saber bien por que los
dos nos quedamos profundamente dormidos. La siesta nos vino bastante bien y
recuperamos fuerzas. Bocas es una isla tranquila pero llena de vida y lugares
para ver y recorrer y el agua de mar que la rodea es increíblemente
transparente y desde las lanchas o muelles se puede ver el fondo del mar y todos
sus peces.
Ya era el
cuarto día en la isla y emprendimos la partida a Costa Rica. Abordamos una
lancha a las 8.30 para llegar a nuestro próximo destino.
Que buenas anegdotas y destinos!!!! Me alegro un montón que lo estén pasando tan bien! Se lo re merecen! Aca en comodoro los extranamos un montón...no es lo mismo... Los queremos muy mucho. Espero que la vida nos una de nuevo y que sea pronto!!!!!! Abrazo gigante. Por mas aventuras!!!!chola
ResponderEliminarTe quiero Cholita!!!! Feliz día amiga!!!! Te extraño demasiado! Gracias por seguirnos!
EliminarCeci, una vez más te digo que son geniales tus comntarios,en cuanto al fotógrafo,bue,tambien un aplauso.Besos.
ResponderEliminarGracias! Los extrañamos! Un beso para toda la familia! MUA!
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