lunes, 3 de junio de 2013

El último tramo...

Sur de Tailandia, Malasia y Singapur

Las playas paradisíacas de Tailandia

Empezamos por la isla de Koh Tao donde cumplimos nuestro año de viaje disfrutando de un almuerzo con una vista excelente a las aguas turquesas del lugar.

Por esos días alquilamos una motito y nos dedicamos a recorrer la isla y a hacer snorkeling en cada playa que pudimos. La claridad del agua, la riqueza de corales en algunas de sus playas y la gran variedad de peces nos deslumbraron. Esta isla está siempre llena de vida y gente y a pesar que fuimos en temporada baja aquí no se notaba por la cantidad de gente que llega todo el año sobre todo para bucear.



La recorrida siguió por Kho Phangan. Allí las playas son muchos más tranquilas si uno permanece lejos del ruido que provoca una de las más famosas fiestas del sur de Tailandia y del mundo: la “Full Moon Party”.

Los días no fueron muy buenos y llovió bastante pero igual pudimos recorrer la isla en moto y disfrutar de una vida tranquila en un bungalow no muy lejos de la playa rodeado de plantas, árboles, flores y palmeras.

En unas de las playas que conocimos nos encontramos con una pareja de argentinos, Mariana y Álvaro, que empezaban su viaje después de haber trabajado en Nueva Zelanda por más de un año. Después de una larga charla en la playa decidimos regalarle nuestro mate con yerba y termo incluido porque a ellos les quedaba mucho más tiempo de viaje que a nosotros, porque eran compatriotas y porque nos cayeron muy bien.




Los días iban pasando en calma y sin prisa porque habíamos decidido dedicarle un mes completo a las playas de Tailandia para poder relajarnos en la última etapa del viaje. Teníamos que optar por nuestra próxima parada y nos tentaba la idea de ir a la famosa isla de Koh Phi Phi aunque muchos nos habían hablado que era demasiado sucia, llena de turistas y atestada de hoteles. Justamente lo que no estábamos buscando por esos días. Investigando descubrimos que en la isla había un hotel que se ajustaba bastante bien a nuestro presupuesto y que estaba en una zona más tranquila.

Llegamos a Phi Phi con una tormenta increíble pero por suerte ya estamos más acostumbrados al movimiento de los barcos con la experiencia que nos regaló el viaje en diferentes mares. Casi en el puerto de la isla uno de los empleados del barco informó que las personas que iban a Pukhet debían cambiar de barco. Yo supuse que llegaríamos al puerto y allí los que fueran con destino a Pukhet irían hacia otro barco. Pero resultó que el cambio lo harían en el mar y sin pisar tierra firme. Nuestro barco se fue acercando a otro más grande. Por las ventanas del otro lado de donde estábamos sentados nosotros veíamos como este otro barco se acercaba más y más hasta que finalmente los vidrios de nuestro barco chocaron con la otra nave explotando en pedazos. Por suerte no había nadie sentado de ese lado asi que el percance no pasó a mayores.

Los días en la isla fueron hermosos y relajantes. Descubrimos que esta pequeña playa de Phi Phi, donde sólo estaba el hotel donde nos alojamos, era muy diferente al resto de la isla donde casi ni estuvimos.

Hicimos una excursión a la famosa playa de Maya Bay en Koh Phi Phi Leh que queda justo en frente de Phi Phi y donde se filmó la famosa película “La Playa”. Lo cierto es que cuando uno recorre esta hermosura de isla no puede disfrutarla en todo su esplendor por la cantidad de barcos, lanchas y turistas que entorpecen la hermosura del lugar. A veces cuando llego a estos lugares mágicos y veo como de a poco la gente los va destruyendo en su afán frenético de mirar y conocer sin respetar una gran tristeza me invade.






También nos pudimos reencontrar con Álvaro y Mariana que estaban parando en Phi Phi y con ellos disfrutamos de una de las mejores vistas que he contemplado en mi vida desde lo más alto de la isla con dirección a la bahía del lugar.

Nuestro último destino de Tailandia sería Koh Lipe, una isla que es jurisdicción del Parque Nacional Tarutao y donde se encuentra el 25% de las especies marinas del mundo. Sin dudas uno de los lugares más bellos para hacer snorkel. Nosotros invertimos varias horas de nuestros días en ir nadando hasta pequeños islotes cerca de la orilla para perdernos en el placer de observar los más bellos, coloridos, diversos e interminables corales y cientos de especies de peces. Algunos pequeños, otros grandes de colores turquesa, amarillo, naranja, verde, azul, lila, rosa, gris, blanco, negro, con lunares, rayas y demás formas.

En esta isla habita la comunidad Chao Ley o también llamados “Gitanos de Mar”. Este lugar no sólo es precioso por la claridad de sus aguas y el color blanco de la arena, sino por la tranquilidad que se respira en la zona. Además tuvimos la suerte de poder alojarnos en un hotel de los más caros en la isla pero como era temporada baja pagamos muy poco por un prolijo bungalow de madera con ventanales inmensos de vidrio y un restaurante súper romántico sobre todo por la noche cuando encendían velas y antorchas.

Una noche en el hotel se festejaba el aniversario con una gran cena para los empleados y para los huéspedes que querían asistir al festejo. La comida estuvo muy rica y además compartimos una larga y entretenida charla con una pareja; ella argentina, Victoria, y el italiano, Lorenzo.




Malasia

Penang, George Town

Después de un ferry y dos buses llegamos un poco tarde por la noche a George Town. Enseguida, y aunque era de noche, esta ciudad nos encantó. Lo primero que hicimos fue salir a cenar a una especie de patio de comidas al aire libre donde se podían elegir miles de diferente platos típicos de la zona. También había un show con algunos cantantes no muy conocidos pero si divertidos.

Al día siguiente lo aprovechamos para cansarnos de caminar por sus exquisitas calles llenas de arte callejero y letreros contando historias pegadas a las paredes de bellos edificios estilo inglés. Apenas uno empieza a recorrer el lugar se da cuenta de la increíble fusión de culturas que reina en la ciudad, mezclando la india, la musulmana y china entre otras. Por supuesto que este mix de culturas repercute directamente en la cocina que es una de las más ricas que hemos disfrutado en nuestro viaje y además muy barata.







El último día en el lugar nos encontramos con Mariana y Álvaro para ir a visitar el Parque Nacional que no nos sorprendió mucho salvo por algunos monos que encontramos a orillas del mar.

Esa misma noche nos juntamos a cenar con Vicky y Lorenzo, la pareja que conocimos en Koh Lipe, Mariana y Álvaro. Pasamos una velada más que divertida contando anécdotas graciosas y tomando cervezas.

Kuala Lumpur

La segunda ciudad que visitamos fue Kuala Lumpur. Caminamos bastante por la ciudad pero lo único interesante que encontramos en el lugar fueron las Torres Petronas a las cuales fuimos varias veces porque no encontramos otra cosa  que hacer en los tres días que allí estuvimos.



Singapur

Singapur

Una de las ciudades más ordenadas, limpias y modernas que jamás hayamos visitado. Todo en el lugar es de última tecnología y diseño.

Una de las cosas imperdibles de la ciudad es verla de noche y en la zona donde se encuentra el famoso hotel Marina Bay Sands que brinda un show de luces alucinante para disfrutar del otro lado de la bahía. Detrás del hotel se encuentra un jardín al cual también se puede acceder de noche y quedarse deslumbrado por unas cuantas estructuras altísimas en forma de flores iluminadas con luces de colores y decorada con plantas. Realmente emociona ver tanta belleza arquitectónica que iluminada se resalta aún más.



El segundo día lo pasamos en el acuario que es el más grande del mundo. Si bien pudimos ver algunas especies de peces que nunca habíamos visto haciendo snorkel o buceo, sentimos que para nosotros era inmensamente más emocionante verlos dentro del agua que a través de un vidrio. También fuimos a al parque de diversiones de Universal Studios donde nos divertimos con los alucinantes juegos del lugar.



La estadía en nuestro último destino dentro de nuestro viaje por el mundo de ni más ni menos que un año y un mes llegó a su fin…

Parece increíble haber estado más de un año lejos de casa, lejos de nuestros seres queridos, sin nuestras cosas, caminando y haciendo rutas por el mundo con tan sólo una mochila a los hombros.

Hemos conocido personas hermosas, hemos hecho nuevos amigos, hemos conocido, tolerado y hasta nos encontramos sorprendidos por diversas culturas. Probamos incontables comidas, nos hospedamos en docenas de casas, hoteles y hostels. Dormimos en cientos de diferentes camas, colchones y sillones. Caminamos kilómetros, manejamos autos, motos y bicicletas. Nos es imposible contar cuantos colectivos, trenes, aviones, camionetas, taxis y tuk – tuk tomamos.

Miro hacia atrás y recuerdo cuando nos subimos a nuestro primer bus en este viaje rumbo a nuestro primer destino, Tucumán, y en ese mismo colectivo llorando y tomados de la mano arrancamos con un poco de miedo toda esta historia vivida en un año.

Muchas cosas aprendimos: que la felicidad no tiene que ver con una casa, un auto o con la plata que podamos ahorrar si no con hacer lo que nos hace feliz todos los días. Que la sonrisa y felicidad de otra persona, así sea un desconocido, llena el alma. Que no importa donde vayas o a donde huyas, las miserias te seguirán porque la verdadera felicidad está dentro de uno.

Si, muchas cosas aprendimos pero también nos dimos cuenta que no sabemos muchas otras, lo cual nos motiva a seguir creciendo como personas, como pareja y como familia. Tratando de ser humildes, respetuosos y sobre todo FELICES.



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