Luego de nueve meses de viaje
llegó el parto. Y como no podía ser de otra manera con dolor. Y que mejor
manera de representar el dolor de un parto que en India.
Nueva Delhi
De Estambul a Abu Dhabi, donde
hacíamos escala, viajamos en avión y esperamos unas cuantas horas para salir
desde el lujoso aeropuerto de esta última ciudad hacia Nueva Delhi. Mientras
veíamos desfilar hombre vestidos con shilabas blancas y turbantes fuimos
acercándonos hacia la puerta de embarque. Ya en la sala de espera comenzamos a
vivir la experiencia India. No había filas para ingresar ni a la sala ni al
avión y por supuesto que el lugar estaba llenísimo de personas apretujadas
luchando por ingresar en el vuelo. Un indio muy simpático que hace tiempo vive
en Canadá se nos acercó para charlar un rato hasta que subiéramos al avión.
Todo marchaba bastante bien hasta
que aterrizamos a las 6:30 hs. y el piloto anuncia que estábamos en otro
aeropuerto de otra ciudad porque en Nueva Delhi no se podía aterrizar por
neblina y baja visibilidad. Esperamos unos minutos en los asientos y como nadie
nos decía nada más la gente empezó a preguntar a las azafatas cuanto debíamos
esperar. A cada uno que iba preguntando las azafatas les respondían que en dos
horas y media más o menos pero claro que no hubo un anuncio oficial. Ya
estábamos bastante cansados por el vuelo anterior más toda la espera en el
aeropuerto y sobre todo porque volábamos de noche y no habíamos dormido nada
bien. Las dos horas y media pasaron y ni novedades. Preocupados y cansados
porque no nos dejaban bajar del avión porque al parecer no era un aeropuerto
internacional, volvimos a preguntar que pasaba. La respuesta fue que debíamos
seguir esperando. Casi prisioneros en un avión donde ir al baño era casi
vomitivo por el olor y la mugre que había finalmente nos dejaron bajar a la
pista, al lado del avión por sólo 10 minutos y otra vez arriba. La voz del
piloto se escucha diciendo que lo más seguro era que saliéramos como a las
11.30 hs. Bueno eran las 12.00 hs y nada pasaba y fue entonces cuando todos
comenzaron a pararse y a gritar y discutir con todo el mundo. Hacía más de 6
horas que estábamos encerrados en ese avión mientras todas las demás aeronaves
ya habían comenzado a despegar. Nos enteramos entonces que el piloto ya no
estaba dentro de la nave porque su turno había terminado así que debíamos
esperar a que otro llegara en su reemplazo.
Supongo que llegamos a Nueva
Delhi como a las 14 hs después de media hora de vuelo. Ya en el aeropuerto
tratamos de comprar los tickets de metro para llegar al hotel en una máquina,
aunque algo tan simple como eso se volvió una odisea como casi todo en India.
Encontrar un cajero automático para sacar plata costó bastante porque casi
ninguno funcionaba, la máquina de tickets sólo recibía el importe justo del
viaje, nadie quería darte cambio en todo el aeropuerto, ahhhhhh!!!! Bienvenidos
a India!!!!
Decidimos ir hasta el metro y ver
si se podía comprar allí en alguna ventanilla y así fue. Después de pasar por
el control al ingresar al metro donde policías revisan tus cosas, tomamos el
transporte que afortunadamente estaba vacío. Debo decir que el metro es un lujo
y muy cómodo para transportar equipaje.
Salimos de la estación y entramos
a un mundo totalmente diferente. Un mundo donde la basura, mugre, olores
desagradables, bocinazos y carritos de comida que sueltan humo por todos lados
están a la orden del día. Cruzamos con miedo la primer calle porque los autos,
motos, bicicletas y Tuk-Tuk se cruzaban de un lado a otro tratando de
esquivarse unos a otros en un frenesí zigzagueante y sus bocinas sonaban sin
parar. Bocinas para avisar que doblan, para apurar a alguien, para avisar que
vienen, para decirte que te corras, para pasar a otro o por simple gusto!
Durante los días que pasamos en
Delhi nos cuidamos muy bien de lo que comíamos, ningún vegetal crudo y siempre
en restaurantes mas o menos decentes. Gracias a esto no tuvimos problemas
estomacales. Algunos turistas parecen no tener conciencia de los riesgos dentro
de la gastronomía india, o tal vez ya tengan quemado totalmente el estómago,
porque vimos a varios parar a comer en un puestito de la calle que estaba
estratégicamente ubicado: justo al lado de un apestoso y desagradable baño
público por el que teníamos que pasar de manera obligada para llegar hasta el
hostel.
Uno de los primeros días en la
ciudad decidimos, al igual que hacemos siempre, salir a caminar, esta vez para
ver el Fuerte Rojo, sólo que en esta oportunidad la decisión no fue muy buena
porque andando a pie el lugar te estresa aún más ya que tenés que lidiar con
todos los diferentes vehículos que van pasando y esquivándote mientras tocan
diferentes tipos de bocinas y la gente que va y viene mirándote como un raro
espécimen de otro mundo y el infaltable niñito que con sus manos pegajosas te mancha
toda al tocarte extrañado por tu desnudo y blanco brazo.
Podemos decir que Delhi no nos
gustó en lo más mínimo y aunque tiene algunos edificios bastante impactantes la
locura y la suciedad desespera.
Agra
Temprano por la mañana nos
tomamos un tren hacia desde Delhi para pasar el día en Agra. Llegamos un poco
temprano a la estación asi que esperamos en el andén con el resto de la gente.
Había gente por todos lados, como de costumbre, y no pude dejar de observar
asombrada la manera en que las indias parecen plegarse en cuclillas esperando
la llegada del tren con sus coloridos vestidos y un gran surtido de joyas que
van desde anillos para manos y pies, aros y piercings. El tren se aproximaba y
un malón de gente empezó a pelearse por subir al vagón. Al principio no
entendíamos por que tanto alboroto si los asientos eran numerados pero después
nos dimos cuenta que mucha gente no tiene asiento y viajan las horas que sean
parados o sentados en el pasillo. Nosotros tomamos nuestros asientos y el show
arrancó. Los vendedores de té pasaban por los estrechitos pasillos saltando
mujeres sentadas por el piso, los niños eran dejados en brazos de cualquier
persona que pudiera sostenerlos por el resto del viaje, los travestis
desfilaban pidiendo plata y haciendo un extraño aplauso para llamar la atención
y por último, pero no menos impactante y descolocante, al mirar por la
ventanilla un incontable número de personas defecaban en plena vía del tren asi
como si nada. El Tata llegó casi hecho un nudo porque le tocó pasillo y una
señora se sentó a sus pies impidiendo que el pobre pudiera moverse ni un mínimo
centímetro.
Al fin en la ciudad nos atacaron
los taxistas que nos ofrecían sus servicios por el día completo. Después de negarnos
por unos minutos decidimos subirnos a uno de ellos ya que el precio era muy
barato. Este señor, que según él hacía más de 15 años que se dedicaba a lo
mismo, hablaba un inglés sumamente malo y no pude entender como en estos 15
años no había podido aprender algo de la comunicación básica. Primero nos dejó
en el Fuerte Rojo, un maravillosos palacio con miles de recovecos y
arquitectura de la más exquisita. Según la historia allí tuvo prisión
domiciliaria por traición de su propio hijo el sultán que mandó a construir el
Taj Mahal en honor a su amada esposa quien falleció dando a luz a su catorceavo
hijo.
El segundo punto del recorrido
fue el Baby Taj que es muy parecido al Taj Mahal pero en miniatura. Los monos
del parque fueron una delicia viéndolos comer, jugar o dormir.
Más tarde el taxista nos llevó a
un restaurante y la comida india debo decir que es fantásticamente deliciosa.
Después de un merecido almuerzo
nos tocaba el cuentito de siempre. El taxista nos pasearía por tres diferentes
negocios de artesanías esperando que compremos algo. Fuimos a una joyería y una
fábrica donde trabajan la piedra y aunque no compramos nada la que más nos
impactó fue la fábrica de alfombras. Lo asombroso es ver como hacen estas
magníficas alfombras. Un señor sentado en un banquito va anudando y cortando
hilo por hilo!!! Hasta lograr el diseño y tamaño de la alfombra requerida.
La tarde llegaba y fuimos directo
a lo más interesante de la ciudad, el Taj Mahal. Entrar al recinto y
encontrarte después de una larga pileta rectangular de agua con el Taj Mahal de
fondo es más que asombroso. Todo el lugar por dentro y por fuera es
absolutamente bello y la gente se desespera por sacar miles y miles de fotos.
Pero los indios no sólo le sacan fotos al edificio sino que también parecen
estar alucinados con sacarse fotos con todos los occidentales que encuentran a
su paso y más si son mujeres y rubias. Asi que por un día en nuestras vidas nos
sentimos como actores de cines casi teniendo que dar número para posar con
nosotros en una foto.
A meditar…
Era el día en que debía comenzar
mi retiro por 10 días en un centro de meditación en las afueras de Delhi. El
Tata seguiría viaje por Mumbai y algunas playas. Esa mañana el Tata partió
temprano a la mañana a tomarse su avión, nos costó mucho separarnos y cuando
cerré la puerta de nuestra habitación de hotel y finalmente me encontré sola
una sensación de angustia me invadió. Ese mediodía casi no pude comer por los
nervios y salí por la sucia y alocada calle a conseguir un taxi que me llevara hasta
el centro. Por un precio bastante razonable me subí a un auto que en 2 horas me
llevó hasta la puerta del lugar.
Después de dejar el único libro
que llevaba y mi notebook; porque no se podía ni escribir, ni mantener ningún
contacto con el afuera ni tampoco comunicarse de manera alguna con los demás
alumnos que participaban; un gentil señor mayor de turbante blanco y graciosos
y largos bigotes grises me acompañó hasta mi cuarto. El baño era compartido y
las habitaciones eran individuales con una camita bastante dura, el suficiente
espacio para colocar tu equipaje y eso es todo. Los hombres están separados de
las mujeres y mientras todas nosotras esperábamos que llegara el discurso de
apertura mantuvimos algunas conversaciones antes de que iniciara el silencio
completo. Yo conversé con una mujer austríaca que ya era la sexta vez que hacía
el curso, una australiana muy dulce y una rusa muy simpática.
Luego de una mini cena, el
discurso y una pequeña meditación nos fuimos a dormir tempranito ya que al otro
día nos teníamos que levantar a las 4 de la mañana para comenzar con la primer
meditación del día.
Absolutamente todos los días en
el lugar fueron muy duros pero los primeros sobresalían por haberme sentido tan
sola, vulnerable e insegura. Los días eran casi eternos y comenzaban con una
casi agobiante meditación de 4.30 a 6.30 de la mañana, seguía el desayuno donde
cada una se sentaba en un lugar pre establecido según el número de habitación,
un pequeño descanso hasta las 8 y después seguía otra meditación hasta las 11.
A esa hora sonaba un repetitivo gong para llamarnos a almorzar y luego
descansábamos hasta las 13. De 13 a 17 una tediosa tarde de meditación sucedía.
A las 17 la merienda. De 18 a 19 otra meditación y de 19 a 20.20 escuchábamos
religiosamente un video del señor que hizo que esta milenaria técnica de
meditación se extendiera por casi todo el mundo. De 20.30 a 20.45 nos
despedíamos del día con la última meditación y supongo que como a las 21.15 ya
estaba profundamente dormida.
La idea de toda esta técnica de
meditación, Vipassana, era poder focalizarte en todas tus sensaciones
corporales puramente reales como calor, frio, palpitaciones, picazón, etc, pero
sólo observarlas y observarlas hasta sentir el más mínimo cosquilleo. Creo que
el sexto día me encontraba sentada en mi lugar del salón de meditación y estaba
enfocada en todas esas sensaciones cuando de repente algo nuevo sucedió. Este
es el relato de mi mente:
“Bueno estas son mis sensaciones, mi hombro se siente caliente… ummm…
que gracioso! Siempre que enfoco en la cima de mi cabeza diferentes coronas se
me aparecen… Que es esto? Parece como si me estuviera volviendo más y más
pequeña… Que pasa?!! No siento mis manos! Ay!!! Mi cuerpo entero desapareció!
No puede ser es como si no existiera! No, no es eso, es que estoy formando
parte de todo, mi cuerpo es una sola cosa y me siento parte de absolutamente
todo lo que me rodea…"
Mi emoción era tan grande y era
tan perfecto ese placentero sentimiento de amor y entendimiento sobre la
naturaleza misma de todas las cosas que mis lágrimas salían a borbotones por
mis ojos. En esos pequeñísimos minutos entendía que todo y todos somos parte de
exactamente lo mismo y que todo es perfectamente impermanente y fugaz y que lo
único con sentido es el mismo instante presente. He leído muchas veces sobre
esta teoría o concepto y claro que entenderla intelectualmente no es difícil
pero es que una cosa es entenderla de manera intelectual y otra muy diferente
es vivirla en carne propia. Siempre estuve convenida que lo mejor es entender
las cosas por vivirlas y no por leerlas o escucharlas y era exactamente eso lo
que me estaba pasando.
Claro que cuando la meditación
llego a su fin fui de inmediato con la profesora para tratar de encontrarle
alguna explicación a lo sucedido. Con ojos amorosos y voz dulce ella me
tranquilizó porque yo tenía mucho miedo de nunca más poder repetir esa
experiencia. Calmadamente me explicó que no importaba si se repetía o no y que
lo importante no era eso, que lo único que debía hacer era sentir y observar
mis sensaciones reales.
Los días transcurrían y pronto
llegó el próximo paso en la técnica y este era no sentir las sensaciones si no
sólo observarlas sin generar sentimientos de rechazo o atracción. Ninguna
sensación es placentera o desagradable por el simple hecho de que son
impermanentes. Asi que lo único que había que hacer era observarlas y sólo
observarlas. Poco a poco y siguiendo las instrucciones me di cuenta que lo que
intenta enseñarte esta técnica es que por medio de la experiencia tomes todas
tus sensaciones como lo externas e impermanentes que son tratando de llegar a
conocer tu interior más puro encontrando tu verdadera felicidad interior libre
de toda miseria. Conociendo y observando las sensaciones uno puede controlar el
momento exacto cuando sensaciones aparentemente agradables o desagradables
llegan y mantener el equilibrio mental sin que estos factores alteren la paz
interior. También supe que esto sería un gran desafío para mi ya que me
reconozco una persona pasional que es presa de muchas y variadas sensaciones y
sobre todo de la ira.
Mientras iba avanzando en la
técnica una gran preocupación e inseguridad se apoderaba de mí. Hacía varios
días que no veía al Tata y un sin número de escenarios factibles sobre
situaciones indeseables que le pudieran ocurrir durante su viaje se apoderaban de
mi frágil y mareada mente. Un buen día me dije:
“Ok… voy a hablar con la profesora y le voy a decir que necesito enviar
un mail a mi esposo porque no se como está y no tengo noticias de él encerrada
en este lugar. Se me llega a decir que no le puedo escribir me voy de este
lugar”
Ese día esperé hasta las 11.30
después del almuerzo que era el horario en que comenzaba el tiempo para poder
hablar con los profesores y le comenté de mi preocupación a la profesora. Otra
vez con voz muy calmada una sonrisa en sus labios me quiso tranquilizar
diciendo que si le hubiera pasado algo al Tata yo ya me hubiera enterado porque
la policía me estaría buscando. No conforme con la respuesta seguí insistiendo
y me dijo que yo no podía mandar un mail porque en el lugar no había conexión a
internet pero que ella misma se comunicaría con un amigo para que este mandara
el mail al Tata y cuando obtuviera respuesta me avisaría. Le agradecía
muchísimo su buena voluntad y un poco más tranquila fui a tomar una ducha.
No poder hablar con nadie tan
solo para encontrar en el otro un poco de refugio se volvía insostenible.
Sentía cierta atracción por hablar con la australiana porque parecía una
persona dulce y simple y sólo para comentar algunas tonteras, nada de charlas
profundas. No se si me parecía a mi pero ella siempre dejaba sus botas marrones
cerca de mis ojotas blancas y eso me parecía una señal de que tal vez ella
necesitara lo mismo que yo. Una noche entramos a la sala donde pasaban el video
con instrucciones y enseñanzas y por fin nuestras miradas se cruzaron y las dos
sonreímos para luego decirnos lo cansadas que ambas estábamos. Esos segundos de
conversación fueron como una bocanada fresca de aire! A partir de ese momento
siempre buscábamos un especio para comentar algunas cosas graciosas que veíamos
o escuchábamos. Ella llevaba un diario donde anotaba algunas locuras que se le
ocurrían por su cabeza y no tardó en salir el tema de los desagradables ruidos
que se escuchaban mientras teníamos nuestras interminables horas de meditación.
Resulta que para los indios e indias todo lo que está de más en el cuerpo hay
que eliminarlo de inmediato: mocos, gases, estornudos, bostezos, eructos, etc.
Asi que el salón de meditación era una estrepitosa sinfonía de gases, eructos y
estornudos y hasta las mujeres vestidas bellamente con sus preciosos Saris no
reparaban al momento de eliminar alguno de estas sustancias indeseables.
Un día, uno de los últimos,
encontré a Vee, la australiana, tirada en su cama llorando; cosa que era muy
común entre varias de las que hacíamos el curso. Se me ocurrió regalarle uno de
mis objetos que voy encontrando por la vida porque supe que era la persona
indicada. Saqué del bolsillo una medallita de una virgen que encontré tirada en
una calle de Cuzco y se la entregué con la única condición de que cuando
encontrara a alguien que la mereciera la entregara asi como yo había hecho con
ella. Me parece una cadena divertida de hacer y me emociona pensar por donde
andarán esas cositas que encuentro dentro de 10 años.
El fin del curso llegó y ese día
todos pudimos hablar y una divertida mezcla de indios y extranjeros hablando y
compartiendo se daba por todos lados. Yo me sentía feliz de poder reencontrarme
con el Tata y por eso al otro día en lugar de tomarme un colectivo para llegar
hasta Nueva Delhi, Vee y yo nos tomamos un taxi que era un poco más caro pero
mucho más rápido también.
Cuando llegué al hotel subí por
unas escaleras para llegar a la habitación donde mi esposo me esperaba. Toqué
la puerta y al sentir su voz mi alma se tranquilizó. Apenas abrió la puerta y
lo abracé eternamente sin decir palabra. No se cuanto tiempo estuvimos
abrazándonos pero se sintió la sensación más bella que había experimentado en
los últimos días. Obviamente que hablamos muchísimo ya que él tenía miles de
historias para contar de su viaje y yo también las mías.
A las 11.30 quedamos en
encontrarnos con Vee para ir a almorzar los tres y lo disfrutamos muchísimo
hablando de diferentes temas y por supuesto riéndonos de algunas cosas del
curso. Como a las 14 nos despedimos de Vee y me dolió tener que dejar a mi gran
compañera pero debíamos seguir viaje.
Ya en el tren hacia Pushkar no
paramos de hablar en todo el viaje con el Tata. Una señora india que viajaba al
frente nuestro nos felicitó por parecer tan amigos y también ser pareja y nos
dijo que nunca dejemos de hablar.
La aventura del Tata…
Mumbai
Temprano en la mañana el mismo
día que nos despedimos en Delhi por mi ida al curso de meditación el Tata
partía hacia el aeropuerto para volar hacia Mumbai. Por más que salió con
bastante tiempo casi pierde el vuelo porque los controles y re controles en el
aeropuerto son miles y muy exhaustivos. Pero afortunadamente unos minutos antes
de que cierren las puertas de embarque él ya estaba en el bus camino al avión.
La ciudad de Mumbai parecía mucho
más moderna, rodeada de edificios ingleses ya que esta ciudad fue la capital de
India durante el tiempo que fueron colonia inglesa.
En el hostel compartía habitación
con un holandés que sólo se quedaba hasta el día siguiente y como era su última
tarde en Mumbai la preguntó al Tata si lo acompañaría a ver el atardecer a
orillas del mar, resulta que nunca en su vida había visto un atardecer hasta
que visitó India. La costanera era bastante bonita pero no el agua de mar que estaba
contaminada asi que no se puede nadar en el lugar.
Como al Tata le encanta el Hockey
y lo practica, se le ocurrió que sería muy buena idea ir hasta el estadio de la
ciudad puesto que en India este deporte es muy importante y sus jugadores son
de los mejores del mundo. Pegada a la cancha de Hockey había otra cancha pero
de Cricket que es el deporte mas popular del país. Como estaba con bastante
tiempo y un poco aburrido decidió pagar la entrada de tan sólo 1 dólar para ver
el juego de Cricket que recién comenzaba.
En las tribunas todos lo miraban
como bicho raro porque al parecer no es común que vayan turistas al lugar. El
Juego le pareció bastante aburrido y como no sabía quienes eran los que jugaban
decidió preguntarle con un poco de vergüenza a uno de los locales quien le dijo
que jugaba el equipo de Mumbai contra el Resto de India y por lo tanto estaba
lleno de figuras del deporte. A pesar de la jerarquía del partido, el juego era
más y más pesado cuando en el entretiempo aprovechó que todos se movían para
comprar refrescos y comida para marcharse del lugar.
Nikhil, un estadounidense de
origen indio que conocimos en Marruecos, estaba viviendo en la ciudad y
quedaron para encontrarse. Nuestro amigo con muchísima más experiencia que el
Tata en comidas y lugares aceptables para probarla lo paseó de acá para allá por
la elegante zona de Bandra para que disfrutara de algunas exquisiteces indias.
También lo invitó a una fiesta de cumpleaños que organizaba un amigo, también
extranjero, en su departamento. Todo transcurría bien en la reunión hasta que
tocaron la puerta y cuando el dueño de casa abrió se encontró con la policía
que había llegado al lugar por una denuncia de ruidos molestos. Todos se
sorprendieron mucho ya que solo era una reunión, no una fiesta con música alta
y todo eso, pero la policía parecía no entender y se limitó a pedirles un
soborno a todos los de la reunión para no llevarlos arrestados. Como casi todos
eran extranjeros y no querían problemas con la conocida y muy famosa policía
corrupta de India, decidieron darle dinero para que se fueran.
Palolem
Lugar romántico si los hay en la
costa de la India. El pobre Tata se sentía más sólo que nunca rodeado de
parejas por todos lados y mesitas con velas en los cientos de restaurantes que
daban al mar. Era el lugar perfecto para relajarse del ruido y la mugre de casi
toda India… pero con tu pareja.
Afortunadamente una tarde se
cruzó con dos chilenas que estaban en el lugar e intercambiaron un par de
palabras. Por la noche se las encontró nuevamente con dos amigas más y después
de compartir una charla más extensa les contó que andaba solo porque yo estaba
en un curso y que se quedaría en el lugar por unos cuantos días más. Ellas le preguntaron
si no prefería acompañarlas en el recorrido que harían por la costa y, después
de pensarlo unos minutos, aceptó porque le parecía mucho más interesante poder
compartir con gente lugares diferentes y por sobretodo porque el Tata es un
adicto a las relaciones públicas, de hecho es un prácticamente imposible para
él permanecer callado.
Gokarna
Se llevaba muy bien con estas 4
simpáticas y divertidas chilenas; Isa, Mane, Nati y Fabi; quienes lo llevaban
de acá para allá haciendo los tours de compras femeninas por los miles de
puestitos que existían en cada pueblo que visitaban.
Esta playita hippie y muy
relajada era ideal para seguir con el plan de desconexión de la locura de Nueva
Delhi. Pronto las chicas lo adoptaron al Tata y los cinco eran casi familia.
Además todas las chicas compartían un interés espiritual con diferentes caminos
ya sea yoga, medicina ayurbedica o meditación, cosa que le interesa mucho al
Tata pero que poco practica.
Hampi
Este lugar estaba lleno de
diferentes templos con monos que saltaban de un lado para otro. Había demasiado
para recorrer y el calor era casi insoportable. El Tata comenzó a sentirse un
poco mal por el calor y porque, como siempre, su estómago comenzaba a molestar.
Las chicas aún con mucha energía se reían de él y terminaron por llamarlo
“Merenguito” que para ellas quería decir algo asi como debilucho o flojito.
Pasaron el día de un templo al
otro: el Templo de la Elefanta, el Establo de los Elefantes, el Templo de Lotus
Mahal, la estatua de Narasimha y el famoso Templo Vithala.
Arambol
Desde Hampi hacia Arambol se
tomaron un colectivo cama. En cada cama entran 2 personas así que al Tata le
tocaba sólo hasta que apareciera su acompañante por el camino. Un
estadounidense que también se tomaba el mismo bus subió muy arreglado con su
camisita recién planchada, cosa extrañísima en India, y el ver que le tocaba
compartir cama con cualquiera se quedó casi mudo. A este chico le habían
asignado la cama de abajo de la del Tata y allí se quedó hasta que al poco
tiempo un indio envuelto en olor a curry y reclamó su lugar al lado del
estadounidense. El Tata se apiadó de él y lo invitó a dormir en su cama y en
dos segundos tenía al prolijo extranjero acurrucado a los pies del Tata
tratando de entretener su mente con algunos juegos en su iPad para no pensar en
lo impactante que resultaba para él esta situación.
Ya en el destino final de la
travesía por la costa de India se sumaron al grupo 2 chilenos más que eran
amigos de las 4 chicas. Ambos, Igna y Seba, se dedicaban a la medicina
ayurbedica y estaban en India para perfeccionar sus conocimientos.
Esta ciudad era el lugar perfecto
para hacer diferentes actividades que iban desde el yoga, el sexo tántrico,
clases de comida ayurbedica, meditación mediante la danza y un sinfín de otras
actividades muy interesantes y gratuitas!
El día de la despedida con las
chilenas fue durante una mañana mientras tomaban el desayuno. Al Tata le costó
decir adiós después de compartir tanto y valioso tiempo con todas.
Estos días del Tata por el suroeste
de India fueron muy interesantes no sólo por haber podido compartir parte de su
viaje con nuevos amigos, si no por haber escapado un poco del caos de Delhi y
encontrarse con una parte de India mucho más relajada, limpia y tranquila. Sin
dudas toda esta parte del país es muy diferente a lo ya conocido.
Pushkar
Al fin juntos!!! Nos tomaríamos 4
días en esta ciudad para recargar baterías y reencontrarnos como pareja. El
hotel era mucho más lindo que cualquiera en el que hayamos estado y la limpieza
era muy buena, cosa de importancia en este país.
El primer día nos dirigimos al
mítico y sagrado lago de Pushkar y que según la leyenda cuenta los dioses
dejaron libre un cisne con un loto en el pico. Allí donde el cisne dejara caer
el loto, el dios Brahma de cuatro cabezas haría un gran lago. El sitio donde cayó el loto se
denominó Púshkar. Apenas entramos por una de
las tantas puertas que dan al lago unos indios nos dieron flores para tirar al
lago y nos siguieron pidiendo que nos quitemos las zapatillas. Una vez en la
orilla comenzó el entretenimiento para sacarnos plata. Y si… ahí estaba mi
primer prueba después del curso de meditación para saber si era capaz de
controlar mis sensaciones. Hice todo el ritual que él me decía repitiendo palabras en sanscrito e
inglés, bendiciendo y pidiendo larga vida para toda mi familia. Casi al final
este señor intenta pintarme en el entrecejo con pintura roja a lo cual respondo
con una negativa diciendo que respeto mucho sus creencias pero que era
importante que él respetara las mías. El señor se enjuaga la mano en el lago y
por suerte no me pintó. Terminado el ritual me dice, como era de suponer, que
debía darle una donación y que en general los argentinos dejaban euros. Bueno,
una risa que atrapaba algo de ternura para con ese ingenuo hombre se escapó y
le comenté que le dejaría algo pero que sólo serían un par de rupias. Ansioso
preguntó cuanto y justo el Tata se acercaba luego de haber hecho el exacto
ritual con otra persona y me comentó que ya había dejado dinero para el lugar
al otro señor. Entonces le respondí al indio que era suficiente lo que mi esposo
había dejado por los dos. Él enojado me dijo que las donaciones eran
individuales y que debía dejar algo. Interiormente tome aire y con toda la paz
del mundo y esta vez sin enfurecerme, aunque no se pueda creer, lo miré y le
respondía que era suficiente y que no le daría más dinero. Increíblemente sin
más el hombre se marchó, enojado, pero se marchó.
Caminamos por la orilla del lago y fuimos contemplando
como vacas sagradas y gente aprovechan el lago con fines sagrados. Todos
lavaban sus ropas y su cuerpo religiosa y diariamente, mientras otros rezaban y
mojaban sus manos y algunos adoraban a diferentes dioses ubicados en las orillas.
Esta ciudad era mucho menos ruidosa y sucia que Delhi
asi que la aprovechamos muy bien para tomarnos todo el tiempo del mundo
desayunando al sol en la terraza del hotel o almorzando en algún verde patio de
restaurante o simplemente durmiendo una siesta. También fue buen momento para
comprarme algo de ropa porque era irracionalmente barata. Días de tranquilidad
y paz fueron los que vivimos al poder reencontrarnos.
Todo estuvo muy bien hasta la última noche que cenamos
en un hermoso restaurante, y aunque seguía siendo barato, era el más caro de la
zona. Allí me relajé un poco con la comida porque supuse que era un lugar
limpio y confiable. Esa noche también compartió la cena con nosotros Victor, un
chico sueco que andaba solo de viaje por la India. Resulta que él también había
hecho el mismo curso de meditación que yo pero ya había participado 6 veces asi
que conversamos un poco sobre el tema.
Llegamos a la habitación del hotel y mi estómago estaba
como una piedra y me dolía muchísimo. Traté de relajarme cuando dormía pero a
mitad de la noche me levante esperando llegar al baño y vomitar para obtener un
poco de alivio. Estuve dando vueltas de la cama al baño durante más de media
hora porque vomitar es una de las cosas más horribles que me pueden suceder.
Finalmente lo desperté al Tata y le dije que me ayudara porque me sentía mal.
Ni bien entró al baño largue todo lo que tenía en el estómago al inodoro. Creo
que su simple presencia hizo que me sintiera más segura para poder lograr el
cometido. Lo peor fue a la mañana siguiente ya que debíamos tomarnos un tren a
la 6.30 de la mañana. El malestar continuaba y la presión la tenía por el piso.
Todos en la estación me miraba pero esta vez estoy consciente que no era por
ser la exótica extranjera si no por mi cara de casi muerta. El tren llegó y me
acosté en la cama del vagón y me quedé dormida hasta Delhi para reencontrarnos
con el caos y mugre nuevamente.
Ya en la ciudad me sentí mejor pero igualmente después
de almorzar unos desabridos fideos sin nada pagamos una habitación de hotel
para descansar hasta que saliera el próximo tren hacia Varanasi a las 20.40 hs.
Varanasi
Durante el viaje a Varanasi nos tocó compartir el
camarote del tren con dos indios que se mostraron muy interesados en conversar
con nosotros, enseñarnos palabras en hindi, conocer sobre nuestra cultura y
pedirnos nuestro punto de vista sobre la suya. Llegó la hora de dormir y cada
uno se acostó en su cama. Los camarotes tienen dos especies de camas cuchetas y
el Tata estaba abajo al lado de uno de los indios que más habló. Justo antes de
cerrar los ojos el indio le pregunta muy preocupado, tendido en la cama, con
una mano sosteniendo su cabeza y el codo del mismo brazo apoyado en la cama y
en tono casi romántico:
“Ustedes se van a
acordar de nuestra conversación o será algo que olviden cuando se bajen del
tren?” Casi enternecido el Tata le respondió que si que nos acordaríamos de
ellos!
La verdad que cuando nos sumergimos en la ciudad
empezamos a sentirnos muy agobiados por encontrarnos nuevamente dentro del
caos, la hediondez, el gentío y los malos olores. Para esta altura, con más de
vente días en India, nos sentíamos ya asqueados del lugar. Tratamos de estar
bastante en el hotel para no prolongar el contacto con la realidad. Pero
igualmente “disfrutamos” de todo lo increíble, interesante y poco común que
vimos a orillas del místico, sagrado y absolutamente contaminado Río Ganges. Llegar
a este sitio de Varanasi te sumerge en un sinfín de raras, desagradables,
increíbles y hasta espeluznantes situaciones. Por supuesto que todo es suciedad
y por el piso del lugar se pueden ver escupidas, orina y mierda de vacas
sagradas y de personas también pero los despreocupados indios andan descalzos
porque para ellos es una actitud de respeto. Algunos de los toros cornean a los
hombres que van vestidos de naranja porque supongo que se sienten atraídos por
este color. Los cientos de Babas le dan
un toque pintoresco al lugar con sus cuerpos completamente pintados enteros con
una especie de polvo blanco y rastas. También pudimos ver como mientras muchos
toman su baño sagrado en el Ganges algunos niños cagan en la orilla y luego
corren hacia el agua a lavarse la mierda. Una tarde alquilamos un bote a un
señor por unas cuantas rupias. Al subirnos al bote nos enteramos que el que
remaría ida y vuelta por la orilla sería un niño y durante todo el paseo no
pudimos relajarnos pensando en que era demasiado para él. Durante la travesía
en la barca paramos por las zonas donde se creman sus muertos aunque andando
por el río también vimos flotando una gran bolsa y nuestro pequeño guía nos
indicó que aquello era un cuerpo sin vida pero sin cremar. Como a las 18.30 comenzaba
una ceremonia diaria en la orilla del Ganges asi que disfrutamos un poco de
aquella vista desde el agua.
Uno de los 3 días que pasamos en Varanasi llovió
bastante y cuando esto sucede las calles se llenan de un desagradable barro que
además de tierra contiene un sin número de desagradables sustancias ya
nombradas. Con cuidado caminábamos por las pequeñas y entreveradas callejuelas
de una parte de la ciudad en busca de un lugar decente para tomar el desayuno.
Los lugareños, que en su mayoría estaban descalzos, parecían sentirse muy a
gusto pisando la mugre blanda y a veces pasaban por encima de montones de
maloliente basura que dejan en la calle. Esta imagen casi que nos quita el
apetito. Después de un rico desayuno paramos en un localcito donde venden los
mejores Lassis, una especie de yogur casero con diferentes sabores o frutas
dentro de él, de Varanasi. El lugar no es agradable en lo más mínimo pero
supuestamente su bebida es muy rica. Yo prefería no tomarla porque ya la había
probado y me resultó bastante pesada pero el Tata si lo hizo. Mientras
estábamos sentados a medio metro de la estrechísima callecita embarrada vimos
desfilar en menos de 20 minutos 3 cadáveres cubiertos en una tela roja
colocados sobre una camilla de caña y madera que llevaban algunos hombres
gritando una frase que supongo habrá sido en hindi. Esta situación me dejó aún
más abrumada de lo que ya me sentía.
Cuando llega el día de partir de India no podemos dejar
de estar felices por no tener que soportar más todas las situaciones bizarras
que uno puede vivir en este país, pero a la vez una cierta nostalgia por todos
los recuerdos que, un poco a la distancia, resultan graciosos. Tenemos la
sensación de que India es un lugar al que hay que masticar pacientemente antes
de poder digerirlo. Además es un lugar más que interesante culturalmente y uno
puede experimentar y aprender miles de cosas en un lapso de tiempo muy corto,
cambiar tu cabeza y hacerte sentir la gran fortuna de haber nacido en un hogar
con todas las comodidades. Si pensamos en que la mayoría de la población
mundial es pobre y mucha de ella se encuentra en Asia, especialmente en India con
sus 1200 millones de habitantes, sin dudas hemos tenido muchísima suerte de
haber nacido donde nacimos porque somos minoría.
Más fotos en www.facebook.com/tonatatatour
Hola chicos! que alegría leer sus relatos! la India es un destino pendiente para nosotros.
ResponderEliminarCeci, bella tu experiencia de meditación y qué valiente fueron al decidir separarse un rato!!!!
Mucha energía para la experiencia de vida que se están llevando!!!
un gran abrazo!
Gracias por la buena energía que es muy bien recibida!!! Costó separarse pero lo logramos!!! jajaj!!
ResponderEliminarUn beso muy grande!!!
Amiga hermosa aunque ya lo sabes vuelvo a decirte lo tremendamente ORGULLOSA que me siento de vos, cada vez que te leo paso por miles de sensaciones que solo vos con tu hermosa escritura podes lograr...y que decir de ese hombre maravilloso que elegiste como esposo, son el uno para el otro y eso me llena de felicidad, sabes que los extraño muchísimo, pero el solo hecho de saber de la gran experiencia que están viviendo hace que mi dolor se convierta en alegría...LOS QUIERO MUCHOOO!! les sigo deseando lo mejor del mundo y estoy segura que nos vamos a volver a ver...TE ADORO AMIGA CON TODO MI CORAZÓN!!
ResponderEliminarAmiguita bella!!!! No sabes que plena me siento al saber que nos seguís!!! Sos una amiga de fierro y parte de mi familia!
ResponderEliminarPerdón por no haber respondido antes pero ahora estamos en Myanmar y no tenemos casi nunca internet...
Yo también estoy muy segura que nos volveremos a ver!!!!
Te adoro!
Hola a los dos!
ResponderEliminarMe impacto mucho ese post sobre la India, la verdad es que me sorprendieron bastante algunas cosas sobre el pais (siempre hab'ia tenido la idea que el cricket era lento, pero no aburrido, tambien es cierto que nunca vi un partido entero:). Me gusto muchisimo como contaste las experiencias en el centro de meditacion, me paracieron muy interesantes. Pobre Tata solo en estos lugares romanticos!
Me alegro mucho que al final todo salio bien, y que salisteis reforzados de todas esas experiencias.
Os deseo todo lo mejor en los proximas etapas, y no puedo esperar hasta el siguiente post!
Muchos besos y un abrazo fuerte para los dos,
Ania y Roi (pareja polaco/gallega)
Ceci que bueno es seguir tus relatos estan tan bien explicados, que parece estar viajando con uds, en cuantoal retiro que hiciste pienso que es bueno porque te da mas ganas de reencontrarte con Martin.
ResponderEliminarLos edificios son tremendos de lindos,ahora la otra parte no .Sigan disfrutando.
Los quiero un montón.
TITA MUSSATTI
Seguiremos disfrutando suegra!!! Un beso enorme!!!!
EliminarAnia y Roi:
ResponderEliminarMuchas gracias por seguirnos!!! Es una verdadera alegría saber que nos leen y una gran satisfacción enterarnos que les gustan nuestros relatos.
Ojalá en el próximo viaje a España tengamos la oportunidad de conocer personalmente a Roi.
Un beso a ambos y a toda la hermosa familia Cameselle!!!
Hola Ceci!Quería compratir algo con vos... Recordás la meditación za zen? bien.. pues sigo con ella y algunas cositas mas que profesando la humildad prefiero guardarme. La cuestión mi querida es que últimamente venía sintiendo que me faltaba integrar lo aprendido, y de pronto en esas tardes en que me pierdo en librerías, apareció un libro de meditación vipassana y eneagrama ( esta última una técnica milenaria que hace años me permitio situarme en mi personalidad) de dhiravamsa! Lo lei y encontré lo que estaba buscando para mi... a continuación te me viniste a la cabeza y me puse a buscar (te) en el blog.... ceci vos me dijiste hace muucho que lea y vea esta técnica de meditación...gracias cordobesa... es mi unión.. ahora entiendo.. te mando un beso gigante y un abrazo amoroso.. beso al tata...y te pido que lo que sepas sobre vipassana me lo cuentes besote!
ResponderEliminarHola Nachi!!!! Que lindo lo que me contás!!! Ahora te escribo por el Face en un mensaje privado y te cuento un poco más!!! Un besote!!!
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