martes, 26 de febrero de 2013

India, el parto…


Luego de nueve meses de viaje llegó el parto. Y como no podía ser de otra manera con dolor. Y que mejor manera de representar el dolor de un parto que en India.

Nueva Delhi
De Estambul a Abu Dhabi, donde hacíamos escala, viajamos en avión y esperamos unas cuantas horas para salir desde el lujoso aeropuerto de esta última ciudad hacia Nueva Delhi. Mientras veíamos desfilar hombre vestidos con shilabas blancas y turbantes fuimos acercándonos hacia la puerta de embarque. Ya en la sala de espera comenzamos a vivir la experiencia India. No había filas para ingresar ni a la sala ni al avión y por supuesto que el lugar estaba llenísimo de personas apretujadas luchando por ingresar en el vuelo. Un indio muy simpático que hace tiempo vive en Canadá se nos acercó para charlar un rato hasta que subiéramos al avión.

Todo marchaba bastante bien hasta que aterrizamos a las 6:30 hs. y el piloto anuncia que estábamos en otro aeropuerto de otra ciudad porque en Nueva Delhi no se podía aterrizar por neblina y baja visibilidad. Esperamos unos minutos en los asientos y como nadie nos decía nada más la gente empezó a preguntar a las azafatas cuanto debíamos esperar. A cada uno que iba preguntando las azafatas les respondían que en dos horas y media más o menos pero claro que no hubo un anuncio oficial. Ya estábamos bastante cansados por el vuelo anterior más toda la espera en el aeropuerto y sobre todo porque volábamos de noche y no habíamos dormido nada bien. Las dos horas y media pasaron y ni novedades. Preocupados y cansados porque no nos dejaban bajar del avión porque al parecer no era un aeropuerto internacional, volvimos a preguntar que pasaba. La respuesta fue que debíamos seguir esperando. Casi prisioneros en un avión donde ir al baño era casi vomitivo por el olor y la mugre que había finalmente nos dejaron bajar a la pista, al lado del avión por sólo 10 minutos y otra vez arriba. La voz del piloto se escucha diciendo que lo más seguro era que saliéramos como a las 11.30 hs. Bueno eran las 12.00 hs y nada pasaba y fue entonces cuando todos comenzaron a pararse y a gritar y discutir con todo el mundo. Hacía más de 6 horas que estábamos encerrados en ese avión mientras todas las demás aeronaves ya habían comenzado a despegar. Nos enteramos entonces que el piloto ya no estaba dentro de la nave porque su turno había terminado así que debíamos esperar a que otro llegara en su reemplazo.

Supongo que llegamos a Nueva Delhi como a las 14 hs después de media hora de vuelo. Ya en el aeropuerto tratamos de comprar los tickets de metro para llegar al hotel en una máquina, aunque algo tan simple como eso se volvió una odisea como casi todo en India. Encontrar un cajero automático para sacar plata costó bastante porque casi ninguno funcionaba, la máquina de tickets sólo recibía el importe justo del viaje, nadie quería darte cambio en todo el aeropuerto, ahhhhhh!!!! Bienvenidos a India!!!!

Decidimos ir hasta el metro y ver si se podía comprar allí en alguna ventanilla y así fue. Después de pasar por el control al ingresar al metro donde policías revisan tus cosas, tomamos el transporte que afortunadamente estaba vacío. Debo decir que el metro es un lujo y muy cómodo para transportar equipaje.

Salimos de la estación y entramos a un mundo totalmente diferente. Un mundo donde la basura, mugre, olores desagradables, bocinazos y carritos de comida que sueltan humo por todos lados están a la orden del día. Cruzamos con miedo la primer calle porque los autos, motos, bicicletas y Tuk-Tuk se cruzaban de un lado a otro tratando de esquivarse unos a otros en un frenesí zigzagueante y sus bocinas sonaban sin parar. Bocinas para avisar que doblan, para apurar a alguien, para avisar que vienen, para decirte que te corras, para pasar a otro o por simple gusto!


Durante los días que pasamos en Delhi nos cuidamos muy bien de lo que comíamos, ningún vegetal crudo y siempre en restaurantes mas o menos decentes. Gracias a esto no tuvimos problemas estomacales. Algunos turistas parecen no tener conciencia de los riesgos dentro de la gastronomía india, o tal vez ya tengan quemado totalmente el estómago, porque vimos a varios parar a comer en un puestito de la calle que estaba estratégicamente ubicado: justo al lado de un apestoso y desagradable baño público por el que teníamos que pasar de manera obligada para llegar hasta el hostel.

Uno de los primeros días en la ciudad decidimos, al igual que hacemos siempre, salir a caminar, esta vez para ver el Fuerte Rojo, sólo que en esta oportunidad la decisión no fue muy buena porque andando a pie el lugar te estresa aún más ya que tenés que lidiar con todos los diferentes vehículos que van pasando y esquivándote mientras tocan diferentes tipos de bocinas y la gente que va y viene mirándote como un raro espécimen de otro mundo y el infaltable niñito que con sus manos pegajosas te mancha toda al tocarte extrañado por tu desnudo y blanco brazo.



Podemos decir que Delhi no nos gustó en lo más mínimo y aunque tiene algunos edificios bastante impactantes la locura y la suciedad desespera.



Agra

Temprano por la mañana nos tomamos un tren hacia desde Delhi para pasar el día en Agra. Llegamos un poco temprano a la estación asi que esperamos en el andén con el resto de la gente. Había gente por todos lados, como de costumbre, y no pude dejar de observar asombrada la manera en que las indias parecen plegarse en cuclillas esperando la llegada del tren con sus coloridos vestidos y un gran surtido de joyas que van desde anillos para manos y pies, aros y piercings. El tren se aproximaba y un malón de gente empezó a pelearse por subir al vagón. Al principio no entendíamos por que tanto alboroto si los asientos eran numerados pero después nos dimos cuenta que mucha gente no tiene asiento y viajan las horas que sean parados o sentados en el pasillo. Nosotros tomamos nuestros asientos y el show arrancó. Los vendedores de té pasaban por los estrechitos pasillos saltando mujeres sentadas por el piso, los niños eran dejados en brazos de cualquier persona que pudiera sostenerlos por el resto del viaje, los travestis desfilaban pidiendo plata y haciendo un extraño aplauso para llamar la atención y por último, pero no menos impactante y descolocante, al mirar por la ventanilla un incontable número de personas defecaban en plena vía del tren asi como si nada. El Tata llegó casi hecho un nudo porque le tocó pasillo y una señora se sentó a sus pies impidiendo que el pobre pudiera moverse ni un mínimo centímetro.

Al fin en la ciudad nos atacaron los taxistas que nos ofrecían sus servicios por el día completo. Después de negarnos por unos minutos decidimos subirnos a uno de ellos ya que el precio era muy barato. Este señor, que según él hacía más de 15 años que se dedicaba a lo mismo, hablaba un inglés sumamente malo y no pude entender como en estos 15 años no había podido aprender algo de la comunicación básica. Primero nos dejó en el Fuerte Rojo, un maravillosos palacio con miles de recovecos y arquitectura de la más exquisita. Según la historia allí tuvo prisión domiciliaria por traición de su propio hijo el sultán que mandó a construir el Taj Mahal en honor a su amada esposa quien falleció dando a luz a su catorceavo hijo.



El segundo punto del recorrido fue el Baby Taj que es muy parecido al Taj Mahal pero en miniatura. Los monos del parque fueron una delicia viéndolos comer, jugar o dormir.



Más tarde el taxista nos llevó a un restaurante y la comida india debo decir que es fantásticamente deliciosa.

Después de un merecido almuerzo nos tocaba el cuentito de siempre. El taxista nos pasearía por tres diferentes negocios de artesanías esperando que compremos algo. Fuimos a una joyería y una fábrica donde trabajan la piedra y aunque no compramos nada la que más nos impactó fue la fábrica de alfombras. Lo asombroso es ver como hacen estas magníficas alfombras. Un señor sentado en un banquito va anudando y cortando hilo por hilo!!! Hasta lograr el diseño y tamaño de la alfombra requerida.

La tarde llegaba y fuimos directo a lo más interesante de la ciudad, el Taj Mahal. Entrar al recinto y encontrarte después de una larga pileta rectangular de agua con el Taj Mahal de fondo es más que asombroso. Todo el lugar por dentro y por fuera es absolutamente bello y la gente se desespera por sacar miles y miles de fotos. Pero los indios no sólo le sacan fotos al edificio sino que también parecen estar alucinados con sacarse fotos con todos los occidentales que encuentran a su paso y más si son mujeres y rubias. Asi que por un día en nuestras vidas nos sentimos como actores de cines casi teniendo que dar número para posar con nosotros en una foto.



A meditar…

Era el día en que debía comenzar mi retiro por 10 días en un centro de meditación en las afueras de Delhi. El Tata seguiría viaje por Mumbai y algunas playas. Esa mañana el Tata partió temprano a la mañana a tomarse su avión, nos costó mucho separarnos y cuando cerré la puerta de nuestra habitación de hotel y finalmente me encontré sola una sensación de angustia me invadió. Ese mediodía casi no pude comer por los nervios y salí por la sucia y alocada calle a conseguir un taxi que me llevara hasta el centro. Por un precio bastante razonable me subí a un auto que en 2 horas me llevó hasta la puerta del lugar.

Después de dejar el único libro que llevaba y mi notebook; porque no se podía ni escribir, ni mantener ningún contacto con el afuera ni tampoco comunicarse de manera alguna con los demás alumnos que participaban; un gentil señor mayor de turbante blanco y graciosos y largos bigotes grises me acompañó hasta mi cuarto. El baño era compartido y las habitaciones eran individuales con una camita bastante dura, el suficiente espacio para colocar tu equipaje y eso es todo. Los hombres están separados de las mujeres y mientras todas nosotras esperábamos que llegara el discurso de apertura mantuvimos algunas conversaciones antes de que iniciara el silencio completo. Yo conversé con una mujer austríaca que ya era la sexta vez que hacía el curso, una australiana muy dulce y una rusa muy simpática.

Luego de una mini cena, el discurso y una pequeña meditación nos fuimos a dormir tempranito ya que al otro día nos teníamos que levantar a las 4 de la mañana para comenzar con la primer meditación del día.

Absolutamente todos los días en el lugar fueron muy duros pero los primeros sobresalían por haberme sentido tan sola, vulnerable e insegura. Los días eran casi eternos y comenzaban con una casi agobiante meditación de 4.30 a 6.30 de la mañana, seguía el desayuno donde cada una se sentaba en un lugar pre establecido según el número de habitación, un pequeño descanso hasta las 8 y después seguía otra meditación hasta las 11. A esa hora sonaba un repetitivo gong para llamarnos a almorzar y luego descansábamos hasta las 13. De 13 a 17 una tediosa tarde de meditación sucedía. A las 17 la merienda. De 18 a 19 otra meditación y de 19 a 20.20 escuchábamos religiosamente un video del señor que hizo que esta milenaria técnica de meditación se extendiera por casi todo el mundo. De 20.30 a 20.45 nos despedíamos del día con la última meditación y supongo que como a las 21.15 ya estaba profundamente dormida.

La idea de toda esta técnica de meditación, Vipassana, era poder focalizarte en todas tus sensaciones corporales puramente reales como calor, frio, palpitaciones, picazón, etc, pero sólo observarlas y observarlas hasta sentir el más mínimo cosquilleo. Creo que el sexto día me encontraba sentada en mi lugar del salón de meditación y estaba enfocada en todas esas sensaciones cuando de repente algo nuevo sucedió. Este es el relato de mi mente:

“Bueno estas son mis sensaciones, mi hombro se siente caliente… ummm… que gracioso! Siempre que enfoco en la cima de mi cabeza diferentes coronas se me aparecen… Que es esto? Parece como si me estuviera volviendo más y más pequeña… Que pasa?!! No siento mis manos! Ay!!! Mi cuerpo entero desapareció! No puede ser es como si no existiera! No, no es eso, es que estoy formando parte de todo, mi cuerpo es una sola cosa y me siento parte de absolutamente todo lo que me rodea…"

Mi emoción era tan grande y era tan perfecto ese placentero sentimiento de amor y entendimiento sobre la naturaleza misma de todas las cosas que mis lágrimas salían a borbotones por mis ojos. En esos pequeñísimos minutos entendía que todo y todos somos parte de exactamente lo mismo y que todo es perfectamente impermanente y fugaz y que lo único con sentido es el mismo instante presente. He leído muchas veces sobre esta teoría o concepto y claro que entenderla intelectualmente no es difícil pero es que una cosa es entenderla de manera intelectual y otra muy diferente es vivirla en carne propia. Siempre estuve convenida que lo mejor es entender las cosas por vivirlas y no por leerlas o escucharlas y era exactamente eso lo que me estaba pasando.

Claro que cuando la meditación llego a su fin fui de inmediato con la profesora para tratar de encontrarle alguna explicación a lo sucedido. Con ojos amorosos y voz dulce ella me tranquilizó porque yo tenía mucho miedo de nunca más poder repetir esa experiencia. Calmadamente me explicó que no importaba si se repetía o no y que lo importante no era eso, que lo único que debía hacer era sentir y observar mis sensaciones reales.

Los días transcurrían y pronto llegó el próximo paso en la técnica y este era no sentir las sensaciones si no sólo observarlas sin generar sentimientos de rechazo o atracción. Ninguna sensación es placentera o desagradable por el simple hecho de que son impermanentes. Asi que lo único que había que hacer era observarlas y sólo observarlas. Poco a poco y siguiendo las instrucciones me di cuenta que lo que intenta enseñarte esta técnica es que por medio de la experiencia tomes todas tus sensaciones como lo externas e impermanentes que son tratando de llegar a conocer tu interior más puro encontrando tu verdadera felicidad interior libre de toda miseria. Conociendo y observando las sensaciones uno puede controlar el momento exacto cuando sensaciones aparentemente agradables o desagradables llegan y mantener el equilibrio mental sin que estos factores alteren la paz interior. También supe que esto sería un gran desafío para mi ya que me reconozco una persona pasional que es presa de muchas y variadas sensaciones y sobre todo de la ira.

Mientras iba avanzando en la técnica una gran preocupación e inseguridad se apoderaba de mí. Hacía varios días que no veía al Tata y un sin número de escenarios factibles sobre situaciones indeseables que le pudieran ocurrir durante su viaje se apoderaban de mi frágil y mareada mente. Un buen día me dije:

“Ok… voy a hablar con la profesora y le voy a decir que necesito enviar un mail a mi esposo porque no se como está y no tengo noticias de él encerrada en este lugar. Se me llega a decir que no le puedo escribir me voy de este lugar”

Ese día esperé hasta las 11.30 después del almuerzo que era el horario en que comenzaba el tiempo para poder hablar con los profesores y le comenté de mi preocupación a la profesora. Otra vez con voz muy calmada una sonrisa en sus labios me quiso tranquilizar diciendo que si le hubiera pasado algo al Tata yo ya me hubiera enterado porque la policía me estaría buscando. No conforme con la respuesta seguí insistiendo y me dijo que yo no podía mandar un mail porque en el lugar no había conexión a internet pero que ella misma se comunicaría con un amigo para que este mandara el mail al Tata y cuando obtuviera respuesta me avisaría. Le agradecía muchísimo su buena voluntad y un poco más tranquila fui a tomar una ducha.

No poder hablar con nadie tan solo para encontrar en el otro un poco de refugio se volvía insostenible. Sentía cierta atracción por hablar con la australiana porque parecía una persona dulce y simple y sólo para comentar algunas tonteras, nada de charlas profundas. No se si me parecía a mi pero ella siempre dejaba sus botas marrones cerca de mis ojotas blancas y eso me parecía una señal de que tal vez ella necesitara lo mismo que yo. Una noche entramos a la sala donde pasaban el video con instrucciones y enseñanzas y por fin nuestras miradas se cruzaron y las dos sonreímos para luego decirnos lo cansadas que ambas estábamos. Esos segundos de conversación fueron como una bocanada fresca de aire! A partir de ese momento siempre buscábamos un especio para comentar algunas cosas graciosas que veíamos o escuchábamos. Ella llevaba un diario donde anotaba algunas locuras que se le ocurrían por su cabeza y no tardó en salir el tema de los desagradables ruidos que se escuchaban mientras teníamos nuestras interminables horas de meditación. Resulta que para los indios e indias todo lo que está de más en el cuerpo hay que eliminarlo de inmediato: mocos, gases, estornudos, bostezos, eructos, etc. Asi que el salón de meditación era una estrepitosa sinfonía de gases, eructos y estornudos y hasta las mujeres vestidas bellamente con sus preciosos Saris no reparaban al momento de eliminar alguno de estas sustancias indeseables.

Un día, uno de los últimos, encontré a Vee, la australiana, tirada en su cama llorando; cosa que era muy común entre varias de las que hacíamos el curso. Se me ocurrió regalarle uno de mis objetos que voy encontrando por la vida porque supe que era la persona indicada. Saqué del bolsillo una medallita de una virgen que encontré tirada en una calle de Cuzco y se la entregué con la única condición de que cuando encontrara a alguien que la mereciera la entregara asi como yo había hecho con ella. Me parece una cadena divertida de hacer y me emociona pensar por donde andarán esas cositas que encuentro dentro de 10 años.

El fin del curso llegó y ese día todos pudimos hablar y una divertida mezcla de indios y extranjeros hablando y compartiendo se daba por todos lados. Yo me sentía feliz de poder reencontrarme con el Tata y por eso al otro día en lugar de tomarme un colectivo para llegar hasta Nueva Delhi, Vee y yo nos tomamos un taxi que era un poco más caro pero mucho más rápido también.

Cuando llegué al hotel subí por unas escaleras para llegar a la habitación donde mi esposo me esperaba. Toqué la puerta y al sentir su voz mi alma se tranquilizó. Apenas abrió la puerta y lo abracé eternamente sin decir palabra. No se cuanto tiempo estuvimos abrazándonos pero se sintió la sensación más bella que había experimentado en los últimos días. Obviamente que hablamos muchísimo ya que él tenía miles de historias para contar de su viaje y yo también las mías.

A las 11.30 quedamos en encontrarnos con Vee para ir a almorzar los tres y lo disfrutamos muchísimo hablando de diferentes temas y por supuesto riéndonos de algunas cosas del curso. Como a las 14 nos despedimos de Vee y me dolió tener que dejar a mi gran compañera pero debíamos seguir viaje.

Ya en el tren hacia Pushkar no paramos de hablar en todo el viaje con el Tata. Una señora india que viajaba al frente nuestro nos felicitó por parecer tan amigos y también ser pareja y nos dijo que nunca dejemos de hablar.

La aventura del Tata…

Mumbai

Temprano en la mañana el mismo día que nos despedimos en Delhi por mi ida al curso de meditación el Tata partía hacia el aeropuerto para volar hacia Mumbai. Por más que salió con bastante tiempo casi pierde el vuelo porque los controles y re controles en el aeropuerto son miles y muy exhaustivos. Pero afortunadamente unos minutos antes de que cierren las puertas de embarque él ya estaba en el bus camino al avión.

La ciudad de Mumbai parecía mucho más moderna, rodeada de edificios ingleses ya que esta ciudad fue la capital de India durante el tiempo que fueron colonia inglesa.




En el hostel compartía habitación con un holandés que sólo se quedaba hasta el día siguiente y como era su última tarde en Mumbai la preguntó al Tata si lo acompañaría a ver el atardecer a orillas del mar, resulta que nunca en su vida había visto un atardecer hasta que visitó India. La costanera era bastante bonita pero no el agua de mar que estaba contaminada asi que no se puede nadar en el lugar.


Como al Tata le encanta el Hockey y lo practica, se le ocurrió que sería muy buena idea ir hasta el estadio de la ciudad puesto que en India este deporte es muy importante y sus jugadores son de los mejores del mundo. Pegada a la cancha de Hockey había otra cancha pero de Cricket que es el deporte mas popular del país. Como estaba con bastante tiempo y un poco aburrido decidió pagar la entrada de tan sólo 1 dólar para ver el juego de Cricket que recién comenzaba.



En las tribunas todos lo miraban como bicho raro porque al parecer no es común que vayan turistas al lugar. El Juego le pareció bastante aburrido y como no sabía quienes eran los que jugaban decidió preguntarle con un poco de vergüenza a uno de los locales quien le dijo que jugaba el equipo de Mumbai contra el Resto de India y por lo tanto estaba lleno de figuras del deporte. A pesar de la jerarquía del partido, el juego era más y más pesado cuando en el entretiempo aprovechó que todos se movían para comprar refrescos y comida para marcharse del lugar.

Nikhil, un estadounidense de origen indio que conocimos en Marruecos, estaba viviendo en la ciudad y quedaron para encontrarse. Nuestro amigo con muchísima más experiencia que el Tata en comidas y lugares aceptables para probarla lo paseó de acá para allá por la elegante zona de Bandra para que disfrutara de algunas exquisiteces indias. También lo invitó a una fiesta de cumpleaños que organizaba un amigo, también extranjero, en su departamento. Todo transcurría bien en la reunión hasta que tocaron la puerta y cuando el dueño de casa abrió se encontró con la policía que había llegado al lugar por una denuncia de ruidos molestos. Todos se sorprendieron mucho ya que solo era una reunión, no una fiesta con música alta y todo eso, pero la policía parecía no entender y se limitó a pedirles un soborno a todos los de la reunión para no llevarlos arrestados. Como casi todos eran extranjeros y no querían problemas con la conocida y muy famosa policía corrupta de India, decidieron darle dinero para que se fueran.



Palolem

Lugar romántico si los hay en la costa de la India. El pobre Tata se sentía más sólo que nunca rodeado de parejas por todos lados y mesitas con velas en los cientos de restaurantes que daban al mar. Era el lugar perfecto para relajarse del ruido y la mugre de casi toda India… pero con tu pareja.



Afortunadamente una tarde se cruzó con dos chilenas que estaban en el lugar e intercambiaron un par de palabras. Por la noche se las encontró nuevamente con dos amigas más y después de compartir una charla más extensa les contó que andaba solo porque yo estaba en un curso y que se quedaría en el lugar por unos cuantos días más. Ellas le preguntaron si no prefería acompañarlas en el recorrido que harían por la costa y, después de pensarlo unos minutos, aceptó porque le parecía mucho más interesante poder compartir con gente lugares diferentes y por sobretodo porque el Tata es un adicto a las relaciones públicas, de hecho es un prácticamente imposible para él permanecer callado.

Gokarna

Se llevaba muy bien con estas 4 simpáticas y divertidas chilenas; Isa, Mane, Nati y Fabi; quienes lo llevaban de acá para allá haciendo los tours de compras femeninas por los miles de puestitos que existían en cada pueblo que visitaban.

Esta playita hippie y muy relajada era ideal para seguir con el plan de desconexión de la locura de Nueva Delhi. Pronto las chicas lo adoptaron al Tata y los cinco eran casi familia. Además todas las chicas compartían un interés espiritual con diferentes caminos ya sea yoga, medicina ayurbedica o meditación, cosa que le interesa mucho al Tata pero que poco practica.



Hampi

Este lugar estaba lleno de diferentes templos con monos que saltaban de un lado para otro. Había demasiado para recorrer y el calor era casi insoportable. El Tata comenzó a sentirse un poco mal por el calor y porque, como siempre, su estómago comenzaba a molestar. Las chicas aún con mucha energía se reían de él y terminaron por llamarlo “Merenguito” que para ellas quería decir algo asi como debilucho o flojito.

Pasaron el día de un templo al otro: el Templo de la Elefanta, el Establo de los Elefantes, el Templo de Lotus Mahal, la estatua de Narasimha y el famoso Templo Vithala.



Arambol

Desde Hampi hacia Arambol se tomaron un colectivo cama. En cada cama entran 2 personas así que al Tata le tocaba sólo hasta que apareciera su acompañante por el camino. Un estadounidense que también se tomaba el mismo bus subió muy arreglado con su camisita recién planchada, cosa extrañísima en India, y el ver que le tocaba compartir cama con cualquiera se quedó casi mudo. A este chico le habían asignado la cama de abajo de la del Tata y allí se quedó hasta que al poco tiempo un indio envuelto en olor a curry y reclamó su lugar al lado del estadounidense. El Tata se apiadó de él y lo invitó a dormir en su cama y en dos segundos tenía al prolijo extranjero acurrucado a los pies del Tata tratando de entretener su mente con algunos juegos en su iPad para no pensar en lo impactante que resultaba para él esta situación.

Ya en el destino final de la travesía por la costa de India se sumaron al grupo 2 chilenos más que eran amigos de las 4 chicas. Ambos, Igna y Seba, se dedicaban a la medicina ayurbedica y estaban en India para perfeccionar sus conocimientos.
Esta ciudad era el lugar perfecto para hacer diferentes actividades que iban desde el yoga, el sexo tántrico, clases de comida ayurbedica, meditación mediante la danza y un sinfín de otras actividades muy interesantes y gratuitas!

El día de la despedida con las chilenas fue durante una mañana mientras tomaban el desayuno. Al Tata le costó decir adiós después de compartir tanto y valioso tiempo con todas.
Estos días del Tata por el suroeste de India fueron muy interesantes no sólo por haber podido compartir parte de su viaje con nuevos amigos, si no por haber escapado un poco del caos de Delhi y encontrarse con una parte de India mucho más relajada, limpia y tranquila. Sin dudas toda esta parte del país es muy diferente a lo ya conocido.


Pushkar

Al fin juntos!!! Nos tomaríamos 4 días en esta ciudad para recargar baterías y reencontrarnos como pareja. El hotel era mucho más lindo que cualquiera en el que hayamos estado y la limpieza era muy buena, cosa de importancia en este país.

El primer día nos dirigimos al mítico y sagrado lago de Pushkar y que según la leyenda cuenta los dioses dejaron libre un cisne con un loto en el pico. Allí donde el cisne dejara caer el loto, el dios Brahma de cuatro cabezas haría un gran lago. El sitio donde cayó el loto se denominó Púshkar. Apenas entramos por una de las tantas puertas que dan al lago unos indios nos dieron flores para tirar al lago y nos siguieron pidiendo que nos quitemos las zapatillas. Una vez en la orilla comenzó el entretenimiento para sacarnos plata. Y si… ahí estaba mi primer prueba después del curso de meditación para saber si era capaz de controlar mis sensaciones. Hice todo el ritual que él me  decía repitiendo palabras en sanscrito e inglés, bendiciendo y pidiendo larga vida para toda mi familia. Casi al final este señor intenta pintarme en el entrecejo con pintura roja a lo cual respondo con una negativa diciendo que respeto mucho sus creencias pero que era importante que él respetara las mías. El señor se enjuaga la mano en el lago y por suerte no me pintó. Terminado el ritual me dice, como era de suponer, que debía darle una donación y que en general los argentinos dejaban euros. Bueno, una risa que atrapaba algo de ternura para con ese ingenuo hombre se escapó y le comenté que le dejaría algo pero que sólo serían un par de rupias. Ansioso preguntó cuanto y justo el Tata se acercaba luego de haber hecho el exacto ritual con otra persona y me comentó que ya había dejado dinero para el lugar al otro señor. Entonces le respondí al indio que era suficiente lo que mi esposo había dejado por los dos. Él enojado me dijo que las donaciones eran individuales y que debía dejar algo. Interiormente tome aire y con toda la paz del mundo y esta vez sin enfurecerme, aunque no se pueda creer, lo miré y le respondía que era suficiente y que no le daría más dinero. Increíblemente sin más el hombre se marchó, enojado, pero se marchó.

Caminamos por la orilla del lago y fuimos contemplando como vacas sagradas y gente aprovechan el lago con fines sagrados. Todos lavaban sus ropas y su cuerpo religiosa y diariamente, mientras otros rezaban y mojaban sus manos y algunos adoraban a diferentes dioses ubicados en las orillas.




Esta ciudad era mucho menos ruidosa y sucia que Delhi asi que la aprovechamos muy bien para tomarnos todo el tiempo del mundo desayunando al sol en la terraza del hotel o almorzando en algún verde patio de restaurante o simplemente durmiendo una siesta. También fue buen momento para comprarme algo de ropa porque era irracionalmente barata. Días de tranquilidad y paz fueron los que vivimos al poder reencontrarnos.

Todo estuvo muy bien hasta la última noche que cenamos en un hermoso restaurante, y aunque seguía siendo barato, era el más caro de la zona. Allí me relajé un poco con la comida porque supuse que era un lugar limpio y confiable. Esa noche también compartió la cena con nosotros Victor, un chico sueco que andaba solo de viaje por la India. Resulta que él también había hecho el mismo curso de meditación que yo pero ya había participado 6 veces asi que conversamos un poco sobre el tema.

Llegamos a la habitación del hotel y mi estómago estaba como una piedra y me dolía muchísimo. Traté de relajarme cuando dormía pero a mitad de la noche me levante esperando llegar al baño y vomitar para obtener un poco de alivio. Estuve dando vueltas de la cama al baño durante más de media hora porque vomitar es una de las cosas más horribles que me pueden suceder. Finalmente lo desperté al Tata y le dije que me ayudara porque me sentía mal. Ni bien entró al baño largue todo lo que tenía en el estómago al inodoro. Creo que su simple presencia hizo que me sintiera más segura para poder lograr el cometido. Lo peor fue a la mañana siguiente ya que debíamos tomarnos un tren a la 6.30 de la mañana. El malestar continuaba y la presión la tenía por el piso. Todos en la estación me miraba pero esta vez estoy consciente que no era por ser la exótica extranjera si no por mi cara de casi muerta. El tren llegó y me acosté en la cama del vagón y me quedé dormida hasta Delhi para reencontrarnos con el caos y mugre nuevamente.

Ya en la ciudad me sentí mejor pero igualmente después de almorzar unos desabridos fideos sin nada pagamos una habitación de hotel para descansar hasta que saliera el próximo tren hacia Varanasi a las 20.40 hs.

Varanasi

Durante el viaje a Varanasi nos tocó compartir el camarote del tren con dos indios que se mostraron muy interesados en conversar con nosotros, enseñarnos palabras en hindi, conocer sobre nuestra cultura y pedirnos nuestro punto de vista sobre la suya. Llegó la hora de dormir y cada uno se acostó en su cama. Los camarotes tienen dos especies de camas cuchetas y el Tata estaba abajo al lado de uno de los indios que más habló. Justo antes de cerrar los ojos el indio le pregunta muy preocupado, tendido en la cama, con una mano sosteniendo su cabeza y el codo del mismo brazo apoyado en la cama y en tono casi romántico:

“Ustedes se van a acordar de nuestra conversación o será algo que olviden cuando se bajen del tren?” Casi enternecido el Tata le respondió que si que nos acordaríamos de ellos!

La verdad que cuando nos sumergimos en la ciudad empezamos a sentirnos muy agobiados por encontrarnos nuevamente dentro del caos, la hediondez, el gentío y los malos olores. Para esta altura, con más de vente días en India, nos sentíamos ya asqueados del lugar. Tratamos de estar bastante en el hotel para no prolongar el contacto con la realidad. Pero igualmente “disfrutamos” de todo lo increíble, interesante y poco común que vimos a orillas del místico, sagrado y absolutamente contaminado Río Ganges. Llegar a este sitio de Varanasi te sumerge en un sinfín de raras, desagradables, increíbles y hasta espeluznantes situaciones. Por supuesto que todo es suciedad y por el piso del lugar se pueden ver escupidas, orina y mierda de vacas sagradas y de personas también pero los despreocupados indios andan descalzos porque para ellos es una actitud de respeto. Algunos de los toros cornean a los hombres que van vestidos de naranja porque supongo que se sienten atraídos por este color.  Los cientos de Babas le dan un toque pintoresco al lugar con sus cuerpos completamente pintados enteros con una especie de polvo blanco y rastas. También pudimos ver como mientras muchos toman su baño sagrado en el Ganges algunos niños cagan en la orilla y luego corren hacia el agua a lavarse la mierda. Una tarde alquilamos un bote a un señor por unas cuantas rupias. Al subirnos al bote nos enteramos que el que remaría ida y vuelta por la orilla sería un niño y durante todo el paseo no pudimos relajarnos pensando en que era demasiado para él. Durante la travesía en la barca paramos por las zonas donde se creman sus muertos aunque andando por el río también vimos flotando una gran bolsa y nuestro pequeño guía nos indicó que aquello era un cuerpo sin vida pero sin cremar. Como a las 18.30 comenzaba una ceremonia diaria en la orilla del Ganges asi que disfrutamos un poco de aquella vista desde el agua.







Uno de los 3 días que pasamos en Varanasi llovió bastante y cuando esto sucede las calles se llenan de un desagradable barro que además de tierra contiene un sin número de desagradables sustancias ya nombradas. Con cuidado caminábamos por las pequeñas y entreveradas callejuelas de una parte de la ciudad en busca de un lugar decente para tomar el desayuno. Los lugareños, que en su mayoría estaban descalzos, parecían sentirse muy a gusto pisando la mugre blanda y a veces pasaban por encima de montones de maloliente basura que dejan en la calle. Esta imagen casi que nos quita el apetito. Después de un rico desayuno paramos en un localcito donde venden los mejores Lassis, una especie de yogur casero con diferentes sabores o frutas dentro de él, de Varanasi. El lugar no es agradable en lo más mínimo pero supuestamente su bebida es muy rica. Yo prefería no tomarla porque ya la había probado y me resultó bastante pesada pero el Tata si lo hizo. Mientras estábamos sentados a medio metro de la estrechísima callecita embarrada vimos desfilar en menos de 20 minutos 3 cadáveres cubiertos en una tela roja colocados sobre una camilla de caña y madera que llevaban algunos hombres gritando una frase que supongo habrá sido en hindi. Esta situación me dejó aún más abrumada de lo que ya me sentía.


Cuando llega el día de partir de India no podemos dejar de estar felices por no tener que soportar más todas las situaciones bizarras que uno puede vivir en este país, pero a la vez una cierta nostalgia por todos los recuerdos que, un poco a la distancia, resultan graciosos. Tenemos la sensación de que India es un lugar al que hay que masticar pacientemente antes de poder digerirlo. Además es un lugar más que interesante culturalmente y uno puede experimentar y aprender miles de cosas en un lapso de tiempo muy corto, cambiar tu cabeza y hacerte sentir la gran fortuna de haber nacido en un hogar con todas las comodidades. Si pensamos en que la mayoría de la población mundial es pobre y mucha de ella se encuentra en Asia, especialmente en India con sus 1200 millones de habitantes, sin dudas hemos tenido muchísima suerte de haber nacido donde nacimos porque somos minoría.


10 comentarios:

  1. Hola chicos! que alegría leer sus relatos! la India es un destino pendiente para nosotros.
    Ceci, bella tu experiencia de meditación y qué valiente fueron al decidir separarse un rato!!!!
    Mucha energía para la experiencia de vida que se están llevando!!!
    un gran abrazo!

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  2. Gracias por la buena energía que es muy bien recibida!!! Costó separarse pero lo logramos!!! jajaj!!
    Un beso muy grande!!!

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  3. Amiga hermosa aunque ya lo sabes vuelvo a decirte lo tremendamente ORGULLOSA que me siento de vos, cada vez que te leo paso por miles de sensaciones que solo vos con tu hermosa escritura podes lograr...y que decir de ese hombre maravilloso que elegiste como esposo, son el uno para el otro y eso me llena de felicidad, sabes que los extraño muchísimo, pero el solo hecho de saber de la gran experiencia que están viviendo hace que mi dolor se convierta en alegría...LOS QUIERO MUCHOOO!! les sigo deseando lo mejor del mundo y estoy segura que nos vamos a volver a ver...TE ADORO AMIGA CON TODO MI CORAZÓN!!

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  4. Amiguita bella!!!! No sabes que plena me siento al saber que nos seguís!!! Sos una amiga de fierro y parte de mi familia!
    Perdón por no haber respondido antes pero ahora estamos en Myanmar y no tenemos casi nunca internet...
    Yo también estoy muy segura que nos volveremos a ver!!!!
    Te adoro!

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  5. Hola a los dos!
    Me impacto mucho ese post sobre la India, la verdad es que me sorprendieron bastante algunas cosas sobre el pais (siempre hab'ia tenido la idea que el cricket era lento, pero no aburrido, tambien es cierto que nunca vi un partido entero:). Me gusto muchisimo como contaste las experiencias en el centro de meditacion, me paracieron muy interesantes. Pobre Tata solo en estos lugares romanticos!
    Me alegro mucho que al final todo salio bien, y que salisteis reforzados de todas esas experiencias.
    Os deseo todo lo mejor en los proximas etapas, y no puedo esperar hasta el siguiente post!
    Muchos besos y un abrazo fuerte para los dos,
    Ania y Roi (pareja polaco/gallega)

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  6. Ceci que bueno es seguir tus relatos estan tan bien explicados, que parece estar viajando con uds, en cuantoal retiro que hiciste pienso que es bueno porque te da mas ganas de reencontrarte con Martin.
    Los edificios son tremendos de lindos,ahora la otra parte no .Sigan disfrutando.
    Los quiero un montón.
    TITA MUSSATTI

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    1. Seguiremos disfrutando suegra!!! Un beso enorme!!!!

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  7. Ania y Roi:
    Muchas gracias por seguirnos!!! Es una verdadera alegría saber que nos leen y una gran satisfacción enterarnos que les gustan nuestros relatos.
    Ojalá en el próximo viaje a España tengamos la oportunidad de conocer personalmente a Roi.
    Un beso a ambos y a toda la hermosa familia Cameselle!!!

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  8. Hola Ceci!Quería compratir algo con vos... Recordás la meditación za zen? bien.. pues sigo con ella y algunas cositas mas que profesando la humildad prefiero guardarme. La cuestión mi querida es que últimamente venía sintiendo que me faltaba integrar lo aprendido, y de pronto en esas tardes en que me pierdo en librerías, apareció un libro de meditación vipassana y eneagrama ( esta última una técnica milenaria que hace años me permitio situarme en mi personalidad) de dhiravamsa! Lo lei y encontré lo que estaba buscando para mi... a continuación te me viniste a la cabeza y me puse a buscar (te) en el blog.... ceci vos me dijiste hace muucho que lea y vea esta técnica de meditación...gracias cordobesa... es mi unión.. ahora entiendo.. te mando un beso gigante y un abrazo amoroso.. beso al tata...y te pido que lo que sepas sobre vipassana me lo cuentes besote!

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    1. Hola Nachi!!!! Que lindo lo que me contás!!! Ahora te escribo por el Face en un mensaje privado y te cuento un poco más!!! Un besote!!!

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