Inglaterra, entre reyes, palacios
y reinas…
Londres
Después de pasar por unas cuantas
preguntas que nos realizó un incisivo agente de migraciones en la frontera de
Inglaterra, el bus se montó en un vagón del tren que pasaría por el túnel submarino
que nos llevaría a Londres. Yo estaba con un poco de miedo por esta nueva
experiencia pero los exquisitos mates que nos estaba cebando una argentina que
conocimos en el colectivo me hicieron tranquilizar.
Luego de unas cuantas horas en el micro bajamos en la estación de Londres. Eran como las 17 hs pero en la ciudad ya estaba de noche. Cuando arribamos al hostel que teníamos reservado nos atendieron muy amablemente y nos dieron la llave de la habitación. Íbamos subiendo por una escalera cuando nos encontramos con Juan, un argentino que se hospedaba en el mismo lugar, que no tardó en reconocer de donde éramos y nos pusimos a conversar unos minutos.
La habitación era una especie de U con camas cuchetas que bordeaban las paredes de un lado y del otro. El total de camas en la habitación eran 20 pero nunca pensamos que estarían todas ocupadas!!! Durante nuestra estadía en el lugar fue un poco incómodo bañarnos y cambiarnos dentro de una habitación tan repleta de gente, pero lo logramos.
Luego de unas cuantas horas en el micro bajamos en la estación de Londres. Eran como las 17 hs pero en la ciudad ya estaba de noche. Cuando arribamos al hostel que teníamos reservado nos atendieron muy amablemente y nos dieron la llave de la habitación. Íbamos subiendo por una escalera cuando nos encontramos con Juan, un argentino que se hospedaba en el mismo lugar, que no tardó en reconocer de donde éramos y nos pusimos a conversar unos minutos.
La habitación era una especie de U con camas cuchetas que bordeaban las paredes de un lado y del otro. El total de camas en la habitación eran 20 pero nunca pensamos que estarían todas ocupadas!!! Durante nuestra estadía en el lugar fue un poco incómodo bañarnos y cambiarnos dentro de una habitación tan repleta de gente, pero lo logramos.
Compartimos muchas cenas y paseos
con Juan durante nuestra estadía en el hostel. Él tiene 26 años y hace casi un
año que empezó a viajar. Estuvo trabajando en Nueva Zelanda y Australia con más
amigos argentinos para poder juntar plata y seguir el viaje. Su experiencia
como viajero nos emocionó e interesó muchísimo así que pasamos bastantes horas
hablando del tema. Además, Juan es una persona muy cálida y divertida y es muy
fácil encariñarse con él.
Como ya habíamos estado unas cuantas horas en Londres hace 2 meses atrás no le prestamos demasiada atención a lo que ya habíamos visto, El Big Ben, El Ojo de Londres, El Palacio de Westminster y algunos edificios que bordean el Thamesis. Esta vez caminamos más por las calles de la ciudad y nos metimos en la vida diaria del lugar. El mercado de Portobello, Picadilly Circus y Notting Hill. Hicimos casi 20 Km recorriendo esos lugares y nos enamoramos de Londres. Las casas de dos pisos con sus pequeñas entradas y puertas de colores y sus fachadas de ladrillo, las chimeneas y los pequeños bares. Las caminatas por el Hyde Park y el Green Park estuvieron llenas de colores. Las hojas de los diferentes árboles iban cambiando sus tonalidades de acuerdo al tipo de planta que eran. Algunos estaban pintados de rojo, otros de amarillos y algunos de marrón por la llegada del otoño y debo decir que contrastaban muy bien con el verde intenso del césped. Las lagunas estaban llenas de diferentes tipos de patos y cisnes. Todo esto hacía una postal excelente para la temporada en la que estábamos.
Como ya habíamos estado unas cuantas horas en Londres hace 2 meses atrás no le prestamos demasiada atención a lo que ya habíamos visto, El Big Ben, El Ojo de Londres, El Palacio de Westminster y algunos edificios que bordean el Thamesis. Esta vez caminamos más por las calles de la ciudad y nos metimos en la vida diaria del lugar. El mercado de Portobello, Picadilly Circus y Notting Hill. Hicimos casi 20 Km recorriendo esos lugares y nos enamoramos de Londres. Las casas de dos pisos con sus pequeñas entradas y puertas de colores y sus fachadas de ladrillo, las chimeneas y los pequeños bares. Las caminatas por el Hyde Park y el Green Park estuvieron llenas de colores. Las hojas de los diferentes árboles iban cambiando sus tonalidades de acuerdo al tipo de planta que eran. Algunos estaban pintados de rojo, otros de amarillos y algunos de marrón por la llegada del otoño y debo decir que contrastaban muy bien con el verde intenso del césped. Las lagunas estaban llenas de diferentes tipos de patos y cisnes. Todo esto hacía una postal excelente para la temporada en la que estábamos.
Al tercer día nos encontramos con
un amigo del Tata que vive en Londres, Wayne. Él es Neozelandés y estuvo en Argentina hace 10 años con otro
amigo del mismo país y compartieron muy buenos momentos, asados y charlas con
todo el grupo de amigos del Tata. Ese día planeamos ir todos juntos a un tour
gratuito por algunos lugares de la ciudad de Londres. Nos encontramos con Wayne
en el lugar donde comenzaba el tour y después de un fuerte abrazo con él, la
simpática guía comenzó con su trabajo. Mientras el Tata y Wayne se ponían al
día entre parada y parada yo trataba de conocer un poco a este amigo tan
peculiar del Tata y a la vez entender que estaba diciendo nuestra guía de habla
inglesa. Juan, que también iba con nosotros, tenía un poco de frío porque la llovizna
había comenzado así que le presté mi impermeable porque yo tenía mi humilde
paragüa que se doblaba con cada brisa.
No me sorprendió mucho el palacio
de Buckingham porque si lo comparo con otros palacios, como La Alhambra en
Granada o el Palacio Montserrate en Sintra no es gran cosa. Esto se debe a que,
como nos explicó la guía, este palacio no pertenecía al rey si no a un
adinerado señor que realizaba en el lugar diferentes fiestas. El rey se vio
atraído por esta mansión y decidió que esta persona se la vendería. Es por eso
que este palacio no luce como tal. También caminamos cerca del Big Ben, la
bella Abadía de Westminster donde se casan los príncipes, y el espléndido
Palacio de Westminster donde la guía nos contó sobre algunas historias de
traición al rey y horrorosas muertes que estos mismos traidores sufrían. Y como
no podía ser de otra manera el que interpretó y teatralizó la traición por
pedido de la guía fue el Tata.
Por la tarde de ese mismo día nos
despedimos de Juan que seguía su viaje hacia España para visitar unos amigos
madrileños y nosotros nos dirigimos a la casa de Wayne. Llegamos al acogedor departamento, que
siguiendo con la arquitectura de Londres, es angosto pero de varios pisos. Allí
viven Tamy, la novia de Wayne, Jazmin y Rachel, dos amigas de Wayne. Todos en
ese departamento son de Nueva Zelanda. Después de cenar esa noche los 6 tuvimos
una amena charla y todas las chicas nos resultaron muy simpáticas y abiertas.
Por la mañana fuimos con Wayne a
dar un paseo por la ciudad y subimos al London Eye (Ojo de Londres) donde
aprovechamos para ver el lugar desde arriba con todos sus majestuosas
construcciones. Esa noche sería el festejo del cumpleaños de Wayne y Tamy trató
de explicarle al Tata por teléfono que estaban organizando una fiesta sorpresa
para que nosotros estuviéramos al tanto pero al Tata le costó mucho entender su
acento y más por teléfono. Un poco más tarde mi querido esposo le pidió
prestado el celular a Wayne diciendo que teníamos que llamar a una amiga de
Londres, pero en realidad le volvió a llamar a Tamy para entender todo lo que
le había dicho anteriormente. Ese día fue hermoso y pudimos recorrer bastante
en Londres. Lo que más me gustó del recorrido fue La Torre de Londres y el
Puente de la Torre que cruza el Thamesis.
Cerca de las 18 hs nos
encontramos con Tamy quien nos esperaba con su espléndida sonrisa en una de las
calles de la ciudad para ir a tomar unas cervezas antes de llegar al
restaurante donde festejaríamos el cumpleaños de Wayne.
Al entrar al restaurante cubano bajamos
unas pequeñas escaleras y ahí estaban todos los amigos de Wayne aplaudiendo por
su llegada. La comida estuvo exquisita y la pasamos muy bien rodeados de gente
tan cálida.
Esa era nuestra última noche en
Londres y nos despedimos de las tres hermosas rubias, Tamy, Rachel y Jazmin que
al otro día se levantaban muy temprano a trabajar. De Wayne nos despedimos a la
mañana siguiente antes de que saliera a hacer unos trámites por la ciudad.
Nosotros nos quedamos unas horas más en el departamento antes de que se hiciera
la hora de salida de nuestro colectivo a Bélgica y también aprovechamos para ir
a comprarle el regalo de cumpleaños a nuestro amigo. Nos pareció que unas
pantuflas de lana eran el regalo perfecto y se las dejamos junto con una
tarjeta.
La hora llegaba y nos decidimos a
salir rumbo a la terminal de Londres.
Bélgica, cervezas, papas fritas y
chocolate…
Lovaina
Después de varios meses sin
vernos estamos por rencontrarnos con Maya, una belga que conocimos en México.
Apenas bajamos del bus que nos dejó en Bruselas fuimos a tomar el tren que nos
dejaría en Lovaina donde viven Maya y sus padres. Tuvimos un poco de mala
suerte porque el día que llegamos en toda Europa había paro por la crisis que
se está viviendo y el tren no funcionaba. Lo bueno fue que encontramos a un
belga extremadamente amable que nos indicó que debíamos esperar el autobús y
que él se tomaría el mismo. Mientras esperábamos nos ofreció una cerveza en la
lata así que en nuestros primeros 15 minutos en el país ya probamos la
famosísima cerveza de Bélgica. Marteen, nuestro salvador de la estación nos
acompañó durante todo el viaje en el colectivo y hasta se encargó de llamar a
Maya cuando bajamos.
Cuando nos encontramos con Maya
la abrazamos fuerte y enseguida entramos al auto que manejaba su papá, Dirk o
Diego para los latinos, para llegar hasta la casa. Entramos muy en silencio
porque Monica, la mamá de Maya, estaba durmiendo. Cruzamos unas cuantas
palabras con Maya y Dirk antes de subir a nuestro dormitorio y quedarnos
profundamente dormidos.
Al día siguiente nos levantamos
un poco tarde y como Maya aún está en la universidad y su trabajo es unos
cuantos días a la semana, pudimos salir con ella a recorrer los alrededores.
Fuimos hasta un monasterio que data del 1700 aproximadamente y visitamos un
cementerio que realmente es muy pintoresco. Quedé un poco impresionada por unas
tumbas de niños que habían fallecido en un accidente bastante reciente, pero es
algo que me pasa muy seguido con este tipo de relatos. Anduvimos por los
caminos que bordean unos pequeños lagos rodeados de amarillentos árboles y
paramos en la huerta orgánica donde la familia de Maya compra sus vegetales
para comer. Hablamos unos minutos con el dueño de esta pequeña huerta y
volvimos a la casa para almorzar.
Cuando llegamos la conocimos a
Monica que ya estaba sentada a la mesa con un montón de verduras, ensaladas,
quesos y sopa para que almorzáramos.
Esa tarde recorrimos la parte
céntrica de Lovaina mientras Maya asistía a clases. Esta ciudad nos fascinó por
sus hermosas calles adoquinadas, su increíble City Hall (ayuntamiento o
municipalidad) de increíble estilo gótico y extremadamente detallista y por las
exquisiteces que aparecieron ante nuestros ojos cuando recorríamos los
impecables negocios de la zona.
Esta es una ciudad estudiantil y todo el mundo anda en bicicleta. En los horarios de entrada y salida de la universidad se forma una bandada de bicis que van de acá para allá dificultando el tráfico.
Paramos en una pastelería orgánica y para recuperarnos del frío de la calle tomamos un café y un chocolate caliente con dos abundantes porciones de un increíble lemon pie.
Esta es una ciudad estudiantil y todo el mundo anda en bicicleta. En los horarios de entrada y salida de la universidad se forma una bandada de bicis que van de acá para allá dificultando el tráfico.
Paramos en una pastelería orgánica y para recuperarnos del frío de la calle tomamos un café y un chocolate caliente con dos abundantes porciones de un increíble lemon pie.
Bruselas
Nos despertamos temprano para
llegar a la capital de Bélgica. Bajamos del tren junto con Maya que nos haría de guía en Bruselas antes de tener que volverse a Lovaina a clases de la
universidad. Empezamos entrando en una chocolatería donde nos convidaron unos
bombones excelentes para luego recorrer una tradicional galería de comercios.
La arquitectura del lugar es espléndida y casi todos los edificios históricos
son de estilo gótico. Quedamos obnubilados con la belleza de la Plaza
Mayor donde preciosos edificios rodean el lugar. Después seguimos caminando
hasta llegar a la famosa estatua de un niño haciendo pis (maneeken pis). Es algo pequeña pero
bastante simpática. Como a las 12 del mediodía almorzamos con unas típicas
papas fritas belgas y seguimos el recorrido. Cerca del palacio real Maya se
despidió de nosotros para volver a Lovenia y con el Tata seguimos con la
caminata. Pasamos por varios parques arbolados e iglesias despampanantes.
Fuimos entrando a un barrio donde viven bastantes inmigrantes en busca de un
comercio que vende tapas para empanadas argentinas ya que habíamos quedado con
nuestros anfitriones de cocinar esta típica comida argentina. En total seríamos
9 porque también iría una amiga de la familia con sus 2 hijos adolescentes y una
amiga de Maya. Tuvimos suerte y conseguimos las tapas y regresamos para Lovaina
donde nos esperaba Maya para ir a la carnicería y verdulería.
Fue un poco difícil encontrar el
tipo de carne justa pero compramos algo bastante parecido. Cuando regresamos a la casa me dispuse a
cocinar las ricas empaniditas criollas y Monica se mostró muy interesada en
aprender. Las dos cocinamos juntas las mas de 5 docenas de empanadas. En medio
de la preparación llegaron los invitados y mientras horneábamos íbamos
comiendo. Casi todos hablaban en español. La amiga de la familia y sus dos
hijos porque habían vivido en Chile por 6 años y la amiga de Maya porque había
ido de intercambio estudiantil a Perú. Entre charla y vino las empanadas se
fueron terminando y sólo sobraron 4, es decir, todo un éxito.
Brujas
Una mañana tomamos el tren a
brujas bien tempranito para recorrer la ciudad durante el día y regresar a
Lovaina por la tarde.
Cuando llegamos a la estación de
Brujas el tiempo era horrible y lloviznaba bastante asi que decidimos ponernos
nuestros impermeables para no mojar nuestras camperas de pluma. Como no
teníamos un mapa de la ciudad empezamos a caminar hasta la zona más céntrica y
antigua y fuimos descubriendo una ciudad ordenada, señorial y melancólica. Los edificios
medievales reinan en Brujas como las estructuras de ladrillo. Las calles son de
piedra y las iglesias y recintos importantes de estilo gótico. Lo romántico y
delicado se distingue en los pintoresco y pequeños puentecitos que cruzan el
canal que atraviesa la ciudad. Los árboles aquí también son de variados colores
otoñales y la hermosura y fastuosidad de algunas estructuras asombran. Las
barcas con turistas que pasan por el canal van bordeando diferentes edificios y
casas que terminan justo dentro de las aguas obscuras de este mágico canal.
Un día magnífico lleno de
sorpresas, hermosura y exquisiteces en chocolate para deleitarse no podría
haber culminado mejor que con un conejo a la mostaza con el que nos esperaban
nuestra familia anfitriona.
Esa noche salimos con Maya y una
amiga de ella a tomar unas cervezas en la ciudad. Los bares tienen una variedad
enorme de cervezas ya que en Lovaina se producen mas de 350 tipos de ellas. Sin dudas
las cervezas más ricas que he degustado en toda mi vida. Mientras recorríamos
los bares imaginaba como era mi vida cuando yo tenía 20 años, como Maya y su
amiga, y no pude evitar notar una enorme diferencia en cuanto a la calidad de
vida que tienen los jóvenes en este país. Muchos pueden pagar buenas bebidas y comidas y si trabajan pueden disfrutar de
hacer viajes y aprender de ellos. En Argentina es muy difícil tener acceso a
ese tipo de cosas cuando uno es muy joven. He visto el actuar de adoslecentes y
jóvenes y creo que dentro de esta cultura son personas mucho más abiertas y
adultas que muchos jóvenes de países de Latino América.
Faltaba casi una hora para las 12
y eso quería decir que faltaba una hora para mi cumpleaños número 31. Fuimos a
un bar a jugar al pool mientras esperábamos la hora y cuando al fin llego un
extraño feliz cumpleaños sonó en los parlantes del lugar mientras el Tata y
Maya me abrazaban. Luego vinieron los regalos, un reloj de parte del Tata y
unos guantes hermosísimos de parte de Maya y su familia.
Al día siguiente nos levantamos
un poco tarde y Maya había salido a trabajar mientras que sus padres estaban
festejando el día de Santa Cecilia, la patrona de la música, ya que el padre
tocaba el saxo en el festejo. Es decir que no solo era mi cumpleaños si no el
día de mi nombre también! Cuando bajé las escaleras para ir hasta el comedor vi
lo que esta espectacular y cariñosa familia había preparado para mi: una gran
torta con mi nombre y muchas velas alrededor junto con una tarjeta encima de mi
plato.
Si bien estaba muy feliz por como
estaba pasando mi cumpleaños también estaba algo angustiada por estar tan lejos
de mi familia y mis amigos. Cumplir años es siempre algo complicado para mi, pero
no porque me esté haciendo más vieja si no porque siempre me puso muy nerviosa
imaginarme quien vendría a visitarme o quien se acordaría de este día y creo
que siempre prefería que pasara rápido. Este año fue un cumpleaños extraño y
lleno de sentimientos encontrados pero increíble si pienso que estoy cumpliendo
nuestro sueño de seguir creciendo y descubriéndonos a medida que descubrimos a
otras personas y lugares.
Mas fotos en: www.facebook.com/tonatatatour
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Que lindo es conocer tanta gente buena como les está pasandodo a ustedes.Por ejemplo a Wayne que estuvo en nuestra casa y no hablaba nada en castellano pero se notaba que es una buena persona. Así deben ser, seguramente todas las demás personas que van conociendo en el camino.
ResponderEliminarCuriosamente hoy se conmemora el dia de Santa Cecilia,o sea que festejás tu dia por partida doble.
En cuanto al relato, bueno,cada vez mejor.
Muchos besos para los dos.
jajajj!!!! Si, ayer fue mi día!!! Es muy cierto lo que decís de esta "gente nueva", afortunadamente hemos conocido muchas personas más que lindas en nuestro pequeño caminito por el mundo... Un beso!
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